Capítulo 27: Noche de Juegos

548 94 65
                                    

No me puedo quedar en pelotas aquí, tengo que hacer algo...

Llamo a Laura con mi celular, ésta no contesta, claro, está en la biblioteca, y ahí no hay señal. Ya no hay nadie en los vestíbulos, soy la última persona que queda, y la verdad es que, no quiero salir en toalla, pero no me queda de otra.

Salgo de los vestíbulos, mirando a ambos lados por si alguien aún estuviera aquí a éstas horas, pero no veo a nadie. Me escabullo entre los casilleros, tratando de que nadie me vea en toalla caminando por la escuela como si estuviera en mi casa.

¿Cómo llegaré a dónde Laura? No puedo entrar a la escuela así, si algún profesor me ve, me suspendería.

¡Carajo!

—¿Se te perdió la ropa? —Escucho una voz que reconozco tras de mí, por lo que me volteó rápidamente, es Andrés.

Lo miró espantada, él me mira con una ceja levantada.

—¿Estás bien? —Pregunta nuevamente.

—¡Yo... no! Alguien saboteó mi ropa. —Suspiro evitando su mirada.

Inmediatamente, lo veo quitarse la camisa, sus abdominales definidos y sus pectorales al aire... Andrés me ofrece su camisa.

—¡Toma, tápate con esto! —Yo lo miró frunciendo en ceño, impactada. —¿La vas a tomar o no? —Me mira serio, yo, rápidamente tomo la camisa.

Lo veo llevar sus manos a sus pantalones, éste comienza a quitárselos lentamente, hasta quedar en ropa interior.

Lo miro, esas piernas definidas, fuertes, atléticas... Trago hondo.

—Vas a necesitar esto también. —Me ofrece sus pantalones.

—¡No Andrés! Gracias, pero creo que debes conservar tus pantalones. —Trato de no ser evidente, de no mirarle.

—Bueno, entonces ve enseñándole al mundo todo lo que tienes. —Ríe sarcásticamente.

Yo, le arrebato los pantalones de una.

—¡Tienes razón! Gracias. —Le miro de reojo en tanto paso por su lado y entro al vestíbulo para cambiarme.

Miro su camisa, dice Andrés en la parte posterior, es su camisa de atletismo, y huele a él.

Cierro los ojos mientras huelo el perfume impregnado en su camisa, luego, caigo en cuenta... no debo pensar en él, él me hizo mucho daño, me lastimó demasiado.

Me pongo su camisa y su pantalón, esto me serviría por lo menos para llegar a mi casa con dignidad.

Salgo del vestíbulo, veo a Andrés ya con un pantalón puesto pero sin camisa, parado frente a los casilleros.

—¡Te queda bien! —Sonríe.

—Gracias, pero Andrés, esto no cambia nada entre nosotros.

—Lo sé, no lo pretendía, solo, vi una chica en apuros, y la quise ayudar. —Me mira de arriba a abajo.

—Gracias por eso. —Le miro agradecida mientras procedo a alejarme.

—¡Jimena! —Lo escucho llamarme, volteo lentamente mientras le miró arrinconando de los vestíbulos. —Voy a necesitar ésa camisa de vuelta.

—Está bien, luego te la daré. —Asentí mientras salía de ahí a toda prisa.

Rápidamente, me dirigí hacia la biblioteca para buscar a Laura. Camila se había ido temprano hoy con su mamá para comprar el vestido de ésta, así que, Laura era la única salvación que me quedaba.

Cambio de Cuerpo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora