Capítulo 22: Problemas

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Andrés y yo terminamos de vestirnos.

Yo no dejaba de pensar en Matthew, quién nos observó desde el balcón mientas Andrés y yo lo hacíamos.

Había sido intenso, atrevido y excitante, me había gustado.

De repente, Andrés me toma de la cintura.

—Gracias por quedarte, no sabía cómo decirte que no te fueras. —Sonrió mientras me daba un beso corto.

—Solo puedes pedírmelo Andrés. —Sonreí mientras comenzábamos a caminar hacia la cabaña tomados de la mano.

Al entrar, los chicos, quienes estaban sentados en la sala hablando y riendo, nos miraron, aún Andrés y yo estábamos tomados de manos.

—¡Eso es! —Gritó John mientras aplaudía.

—¡Reconciliación! —Sonrió Alex mientras Elizabeth aplaudía; Matthew nos miraba con una sonrisa pícara en el rostro.

Miré a Andrés, éste solo sonreía en tanto nos dirigíamos hacia la sala para sentarnos con los chicos en los sillones.

—El chico de la pizza llamó, ya viene de camino. —Dijo Elizabeth.

—¡Que bueno, por qué muero de hambre! —John se tocó la barriga.

—Yo también tengo hambre... —Dijo Matthew mirándome de arriba a abajo.

Tragué hondo.

Luego de alguna media hora, el chico de la pizza llega y toca la puerta. Elizabeth se para, recoge la pizza y le da la propina al chico quién se marcha muy contento. Ésta, colocó la pizza sobre una mesa en la sala, todos tomaron su pedazo de pizza en el momento en el que Elizabeth abrió la caja.

—¡Con calma animales! —Gritó Elizabeth entre risas.

—¡Con calma nada, estos pendejos se la van a comer toda! —Gritó John mientras se llenaba la boca con el pedazo de pizza tratando de comerla rápido para tomar otro pedazo.

—¡Salvajes! —Rió Matthew tomando su pedazo de pizza y comiéndoselo como una persona normal.

—¿Las chicas vienen pronto Alex? A éste paso se van a quedar sin pizza. —Dijo Elizabeth con la boca llena.

—Sí, ya vienen. Ya recogieron su ropa, están de camino. —Contestó Alex tragando.

—Jimena querida, yo te puedo prestar alguna de mi ropa, para que te quites ése traje.

—Gracias Elizabeth, lo aprecio.

En realidad, si necesitaba algo de ropa limpia, ya éste traje, luego de haber corrido el suelo en varias ocasiones, ya había dejado de ser blanco.

Luego de algunos minutos, sentimos cómo alguien abre la puerta, al mirar, eran las chicas quienes habían regresado.

—¿Nos dejaron algo de pizza? —Preguntó Karla soltando unos bultos grandes cerca de la entrada.

—Creo que queda algo. —Rió John.

—Estos dos son unos salvajes cuando se trata de comida. Trate de guardarles algo. —Dijo Elizabeth en tanto las chicas se sentaban junto a Alex y a John tomando sus pedazos de pizza.

—Trajimos los tequilas que nos pidieron. —Dijo Karla sacando dos botellas de su inmenso bolso.

—¡Eso es! ¡Que el party no termine! —Dijo Alex parándose y encendiendo la música muy fuerte.

—¡Ya es tarde imbécil, son como las dos de la madrugada! —Refunfuñó Elizabeth.

—¿Y qué pasa? ¡Que salga el sol si quiere! —Comenzó a bailar acercándose a ésta y perreando frente a ella.

Cambio de Cuerpo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora