CAPÍTULO 5

1.9K 220 45
                                    

Leo se quedó mudo, solo podía escuchar el sonido de su respiración y mientras más silencio nos rodeaba mi sonrisa más crecía

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Leo se quedó mudo, solo podía escuchar el sonido de su respiración y mientras más silencio nos rodeaba mi sonrisa más crecía. Sin duda estaba sorprendido de lo que había dicho, incluso seguro se cuestionaba cómo no se había dado cuenta antes, era algo que yo me preguntaba. Para ser alguien tan observador no observaba lo suficiente.

El silencio se construyó entre nosotros más rápido que el estribillo de un rap. Había pensado que los silencios extraños eran los de mi hermana y yo cuando la hacía callar. Llegaba tan pronto y te confundía mucho más rápido después. Suponía que ambos no estaban hechos para el silencio y por esa razón era un poquito extraño.

—Supongo que no te esperabas que no pudiese ver —comenté intentando llenar el espacio que él no quería ocupar.

—Yo... eh, lo siento.

—No tienes que disculparte.

—Pero, estuve... bueno, eso —balbuceó.

Solté una carcajada. Era como si fuera una persona totalmente distinta a la que conocí hace días mientras miraba estrellas, era como si la vergüenza hubiera consumido toda su esencia y ahora solo fuera este chico tartamudo y nervioso que no encontraba las palabras correctos, incluso si antes parecía tener demasiadas.

—Me llamo Cristal. —Alcé mi mano para tomar la suya y esperé no incomodarlo cuando realmente no estaba segura de si dirigía la palma de mi mano al lugar correcto. No sabía si era una persona alta o baja, tampoco era consciente de que tan alejado de la cerca estaba, incluso si el sonido de su voz me indicaba más o menos su proximidad, tampoco sabía si mi mano debía estar más alzada o baja. Lo único que conocía era su voz.

Y a pesar de solo conocer su voz decía mucho de él en tan pocas palabras. Las personas suelen ser muy transparentes en el tono de voz, incluso sin darse cuenta. 

—Leonardo —dijo mientras tomaba su mano con la mía.

Su palma se sentía caliente junto a mi piel y era muy grande, tal vez porque soy muy pequeña. Su piel se sentía un poco raspada y no pude evitar alzar mi mano izquierda para sentir más su piel. Sus vellos se erizaron cuando toqué su brazo y podría jurar que escuché como su respiración ascendía.

—¿Te incómodo? —inquirí, lo que menos quería era incomodarle.

—Eh. —Sonreí, estaba nervioso—. No.

Extendí mi mano un poco más ante su piel expuesta, fuera lo que fuera que llevaba puesto no tenía mangas. Tenía muchos vellos en los brazos y parecía ser una persona que se ejercitaba porque sentí sus músculos contra la palma de mi mano, aunque no eran muy pronunciados. Ansié poder subir más mi mano y saber cómo era su rostro, seguramente tenía barba y mucho cabello, tal vez ondulado, si sus brazos eran velludos no tenía duda de que su rostro no sería la excepción. Quería indagar ante mi teoría de cómo sería, pero no lo hice porque apenas le conocía y seguramente le molestaría.

Los ciegos no tenemos permiso de manosear.

Aparté mi mano y alcé mi rostro un poco más, él era alto.

—¿Qué edad tienes, Leonardo?

—Veintiuno, ¿y tú?

—Te hacía alguien menor —admití—. Yo tengo diecinueve.

—Ahh...

Ladeé mi rostro y curvé mis labios mientras negaba con mi cabeza. A veces pasaba que las personas asumían que por ciega me faltaban los otros sentidos. Leonardo parecía como si de algún modo yo no solo tuviera en falta la vista, sino también otras partes de mi cuerpo. Sé que al principio tenía un poco de vergüenza ante lo que dijo, pero no me había mostrado hostil como para que fuese tan silencioso después de mostrarle que era ciega.

—¿Qué?

—Ahora eres tímido —afirmé—. ¿Ves? La belleza es insignificante cuando eres ciego.

Sujeté bien la correa de Lulú y me di la vuelta entre el medio de un resoplido.

—¡Espera! —exclamó mientras tomaba mi brazo izquierdo con su mano—. Solo me tomaste por sorpresa, no quería ofenderte.

Y no lo hizo.

Las personas no me ofenden, ya no, me niego a darles el poder de hacerlo. Pero si fuese de parte de una persona que me importa las cosas cambiarían, porque no podría simplemente aceptar que alguien a quien amo me desplace.

—No me ofendes.

—¿No? ¿Entonces por qué te ibas?

—¿Por qué me quedaría? —pregunté de vuelta.

—Por la misma razón por la que ves estrellas aunque no estén ahí.

Sonreí.

Ese fue el día en que descubrí que me gustaba regalarle mis sonrisas.

✦✦✦

Ya toy derretida. Agarrenme que los amo y solo es el cap 5. 

Antes de irte deja un voto si te gustó el capítulo. Eso me motiva y me ayuda a crecer ✨

 Eso me motiva y me ayuda a crecer ✨

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
¿Puedes Ver Las Estrellas? ✔️Where stories live. Discover now