¿Puedes Ver Las Estrellas? ✔️

CAPÍTULO 21

No estaba preparada para escuchar sus palabras, ni siquiera pensaba que pudiera ser posible, pero inevitablemente de lo que yo pensara o lo que quisiera pensar al respecto no iba acorde a lo que mi corazón sintió en ese instante. Las palabras abandonaron mi boca y mi pulso parecía ir en competencia con todo lo que pasaba por mi mente: ¿Por qué le gustaba? ¿Qué le gustaba de mí? ¿Era cierto? Todo lo concerniente a lo que conlleva enamorarse o que alguien crea que puede llegar a hacerlo de ti era algo muy confuso.

Su confesión era confusa, pero no por ello no significaba que fuese placentera.

Me mantuve en silencio, tal vez él esperaba que dijese algo como "también me gustas" que lo hacía, pero tenía miedo, así que preferí callar ante su declaración. No sabría decir desde cuando lo hacía si venía robándose mis sonrisas desde aquella noche en que le demostré que no podía ver. Tal vez comenzó a gustarme el día que estuvimos jugando bajo la lluvia o aquella tarde en la que tomamos chocolate caliente en su cocina o tal vez cuando hizo la primera llamada a mi celular.

Me preguntaba desde qué día empecé a gustarle y qué cosas de mí lo hicieron pensar así, tenía tantas cosas en mi cabeza que temía pronunciar por no salir de aquella emoción asfixiantemente placentera.  

Luego de un rato de caminar en silencio Leonardo se detuvo y me dejó ponerme sobre mis pies, también me pidió que nos sentáramos, en ninguna de esas ocasiones pude añadir algo.

—Dímelo.

—¿Qué? —pregunté desconcertada.

—Quieres decir algo, lo sé.

—¿Por qué te gusto?

—¿Por qué no lo harías? —refutó—. Eres una mujer asombrosa, Cris. Ves cosas donde nadie ve, encuentras fe donde probablemente nunca llegué a esperar encontrar algo y me inspiras a ser mejor persona.

—Eso no quiere decir que...

—Tal vez no, pero qué pasa cuando me encuentro pensando en ti todo el día, en lo linda que es tu sonrisa, no solo la física, sino tu manera de reír, qué pasa cuando... —se detuvo.

—¿Qué pasa cuando qué?

—Qué pasa cuando... cuando mi pulso se acelera cuando me tocas o cuando me das la oportunidad de estar un poquito más a tu lado. No tienes que ver para causar esas cosas en mí, Cris. No, me alegro de que no lo veas.

Sonreí.

—¿Por qué te alegra eso? —dije sin borrar la sonrisa de mis labios.

—Es muy vergonzoso tener que admitir que una chica me hace sonrojar.

Mi sonrisa se ensanchó en mi rostro y no pude evitar soltar una pequeña carcajada ante su afirmación. Yo hacía sonrojar a Leo. 

—Tú también me gustas, Leo.

¿Cómo iba a quedarme callada cuando él había sido más que sincero conmigo?

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Estoy pensando en narrar unas escenas extras desde el punto de vista de Leo. ¿Qué escenas o qué momentos les gustaría leer desde su perspectiva?

Nos vemos el jueves con nuestra doble actualización habitual, espero que hayan pasado una excelente navidad. ♥

Bs, Jessy.