CAPÍTULO 37

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Seguro estaba siendo cobarde, estúpida y la chica que se dejaba llevar de la corriente; sin embargo, había tomado una decisión que tal vez no me hiciera sentir muy orgullosa y que seguro rompería mi corazón en mil pedazos en cuanto lo hiciera, per...

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Seguro estaba siendo cobarde, estúpida y la chica que se dejaba llevar de la corriente; sin embargo, había tomado una decisión que tal vez no me hiciera sentir muy orgullosa y que seguro rompería mi corazón en mil pedazos en cuanto lo hiciera, pero que al final parecía como lo correcto. 

Aquella tarde cuando supe que Leo había llegado del trabajo fui a su puerta tras haberle llamado, creo que fue la primera vez que inicie una llamada y lamentaba decir que iba a romper todo su entusiasmo en cuanto lo viera. Leonardo me esperó afuera, incluso me invitó a caminar para hablar, pero me negué a hacerlo.

—Será rápido.

Él me había llamado muchas veces, no podía cruzar al lado de mi patio porque sino mi padre lo mataría, así que agotó no sé cuántas llamadas y no contesté ninguna. No sabía qué podía decirle si lo hacía y tampoco era que estuviera muy segura de lo que iba a hacer, pero parecía lo más conveniente dadas las circunstancias.

Tal vez era lo que el destino quería y solo me resistía a creer que podía ser diferente.

Entré la mano en el bolsillo de mi chaqueta y le extendí la cadena con el dije de estrella que me había regalado.

—No puedo quedarmelo. —No si pensaba cerrar lo que teníamos.

—¿Qué quieres decir? —preguntó como si de verdad no entendiese todo el asunto.

—Estoy rompiendo contigo, Leo —dije firme aunque sentía como si mi corazón se agrietara solo con decir esas simples palabras.

El silencio que siguió a mis palabras fue brusco, abrumador y podría haberme consumido ahí mismo, supongo que estaba asombrado de mis palabras.

—¿Por qué? —dijo cuando pensé que esas serían las últimas cosas que compartiríamos entre nosotros—. ¿Lo haces porque tú no quieres estar conmigo o porque ellos no quieren que estés conmigo?

—Eso no importa.

—Claro que sí importa, Cristal. ¿Vas a simplemente escucharles y todo va a estar bien? —preguntó evidentemente indignado de mi decisión.

—Sí, eso es justo lo que haré —admití—. ¿Acaso no es eso lo correcto? ¿Acaso no tienen ellos razón?

—No entiendo de qué hablas.

—Sí lo entiendes muy bien. Que soy tu capricho, ¿Leo? ¿Cómo quieres que me sienta con eso?

—No eres ningún capricho —refutó.

—¿No? Pero seguro pasarás de mí luego, claro, solo soy una chica guapa nada más que ni siquiera puede entender el peso que conlleva esa palabra. ¿Y sabes qué más? Que no puedo ver ni una puta mierda. No puedo ver tu rostro justo ahora, no puedo leer tu mirada ni saber si te brillan los ojos cuando me miras —dije con la voz ligeramente entrecortada—. Aunque diga que puedo realmente no me puedo valer por mí misma, no al cien por ciento. Y todo lo que dijo tu madre es cierto. ¿Por qué querrías quedarte a mi lado cuando puedes encontrar algo mejor?

—¿A qué llamas mejor?

—¿Acaso no te gustaría que pudiera verte? ¿Acaso no te gustaría que dijera que quiero una foto para tenerlo de recuerdo? —dije mientras me tragaba las lágrimas—. ¿Acaso piensas conformarte con alguien como yo?

Lo escuché suspirar y me abracé a mí misma sabiendo que no había nada que hacer. Era obvio que Leo no planeaba algo grande conmigo, quién en su sano juicio planea ese tipo de cosas con alguien que no puede ver. 

Así como yo era buena escuchando y distinguiendo cosas solo por como sonaba u olía también era mala en muchas otras y todas esas solo se me daban mal porque yo no podía ver. Cuando me refería a algo mejor era eso, alguien que no necesitara ayuda en esas cosas simples que implican la vista.

—Ya me voy. —Solté la cadena con el dije de estrella esperando que la tomase y caminé a casa otra vez.

—Cris... —Su voz se entrecortó, del mismo modo en que mi voz se había entrecortado cuando contenía las lágrimas, una parte de mí quiso pensar que le dolía que me fuera no que le dolía saber lo que conllevaba quedarse a mi lado.

Esa tarde dejé con él ese regalo que me recordaba lo que teníamos, pero no pude también dejarle mis recuerdos para que no doliese, lo material no significaba nada si aún tenía conmigo el sonido de su risa, el toque de su palma con la mía o el sabor de sus labios tatuados en mi alma.   

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schhh__ me has pedido que te dedique cap dos veces, te lo regalo, incluso si este duele XD

schhh__ me has pedido que te dedique cap dos veces, te lo regalo, incluso si este duele XD

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