¿Puedes Ver Las Estrellas? ✔️

CAPÍTULO 33

—Cris...

La voz de Leonardo interrumpió mi sueño y una de sus manos sacudía ligeramente mi hombro desnudo mientras repetía mi nombre una y otra vez en un tono de voz bajo.

—Cris...

Me estiré en la cama no entendiendo cuál era la urgencia o las ganas de hacer que mi plácido sueño desapareciera. En ocasiones dormitaba a su lado, pero en ninguna de esas veces se había tomado la molestia de despertarme, mejor aseguraba que era lindo que confiara un momento tan vulnerable como dormir, no entendía por qué esta vez sería la excepción.

—¿Sí? —pregunté tras tragarme un bostezo y una sonrisa al recordar lo que había sucedido.

—Ya es de día.

—¿Qué? —me exalté de pronto ante sus palabras. ¿Cómo podría ser de día? Era imposible, ¿Me había quedado a dormir toda la noche? Si mi madre se enteraba me mataría.

—Dios, lo siento, lo siento —se disculpó con frenesí—. Si no es porque Geral llama no me habría dado cuenta tampoco. Son las seis y diez de la mañana. Tu madre aún no se levanta, tu hermana ha dejado la puerta trasera abierta y dijo que si no estabas ahí antes de las seis-vente iba a castrarme.

No pude evitar reír ante sus palabras incluso si la situación que pintaba no era para nada favorecedora.

La ropa que cargaba la noche anterior volvió a mi cuerpo y Leo me acompañó hacia el patio trasero de mi casa en el mayor silencio que podríamos hacer. A esta hora todo suena mucho más que a cualquier otra porque la ciudad apenas se está despertando.

—No hay nadie —musitó deslizando la puerta corrediza lo suficiente como para que pudiera entrar y cubrirme del frío de la mañana.

—Fue una noche increíble —dije en voz baja antes de entrar.

—Te quiero. —Fue su respuesta y depositó un suave beso en mis labios.

Leonardo cerró la puerta con cuidado, apenas y me di cuenta de que lo había hecho, así que antes de darme la vuelta quité los zapatos de mis pies para asegurarme de hacer mucho menos ruido del que podría. La casa estaba en silencio, todos seguían durmiendo y recorrí el frío pasillo hasta las escaleras.

—¿Dónde estabas? —La sangre se me congeló de pronto y sentía que se me iba la respiración. Mi corazón nunca había latido tan rápido y asustado hasta que escuché sus palabras dirigidas hacia mí.

—No podía dormir y... 

—¿Y crees que soy tan estúpida como para creer eso? —me interrumpió en un tono de voz que me hizo temblar—. ¿Acaso no te has dado cuenta de que ni siquiera llevas un pijama? ¿Acaso me vas a decir a mí que llevas los zapatos en las manos por el simple hecho de que no podías dormir?

Me quedé en silencio. 

—¡Por supuesto! —exclamó.

—Alena, ¿qué pasa aquí? —Esa era la voz de mi padre desde la cabeza de las escaleras, también escuché otra puerta abrirse, debía ser mi hermana.

Pudieron haber miles de formas en las que mi madre se diera cuenta que estaba saliendo con Leo, pero tuvo que ser de esta manera, justo el día en que había amanecido en su casa.

—Pregúntale a tu hija dónde estaba a estas horas de la mañana, no, más bien dónde ha pasado la madrugada.

—¿Cristal? —inquirió.

Las palabras se atoraron en mi pecho y sentí mis ojos llenarse de lágrimas, incluso mis manos empezaron a temblar.

—Papá... —Geraldine intentó intervenir en mi ayuda, así como yo hacía cuando ella estaba en apuros, no sé qué tenía en mente decir, pero seguro era mucho mejor que la verdad que saldría de mi boca porque era muy mala para mentir.

—Estoy hablando con Cristal, Geraldine —la interrumpió sin siquiera dejar que intentara formular una oración, ahí supe que no tenía escapatoria—. Estoy esperando por ti, Cristal.

—Yo... yo... —tartamudeé—. Estaba con Leo.

Existe un privilegio con el que nunca fui bendecida, ver, pero con lo que todos a mi alrededor contaban, ese era su superpoder, tal vez yo no tenía ninguno.

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Mi corazón se hace añicos con los pensamientos de Cris ☹

PD. Si no les he dedicado capítulo y quieren que lo haga, puedes dejarlo aquí y con gusto lo hago :)