7. Defensa

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Con el clima frío, y el calor de dos cuerpos desnudos en un abrazo bajo las sábanas, Lan Wangji venció la lucha interna del deber contra las ganas de permanecer más tiempo recostado. Miró con ternura a su esposo, aún dormido, roncando levemente. Luego despejó un mechón de cabello castaño para acariciar su mejilla y darle un cálido beso de buenos días. En respuesta Wei Ying sonrió entre sueños. – Mi Lan Zhan.

Entonces, Lan Wangji hizo de su fuerza de voluntad para abandonar a su esposo y empezar su ritual de la mañana: levantarse, bañarse y vestirse. Posteriormente hizo lo mismo con un adormilado Wei Wuxian, a quien después de prepararle una bañera de agua caliente, lo introdujo y le fue tallando brazos, espalda, pecho y otras partes de su cuerpo. Wei Wuxian fue despertando poco a poco y con una feliz sonrisa miró la dedicación con la que el Segundo Jade cuidaba de él.

Lan Wangji al darse cuenta de que su esposo iba despertando, le dedicó una dulce sonrisa, mientras cuidadosamente despejó un húmedo mechón de cabello de su cara. – Wei Ying, buenos días.

Wei Wuxian hizo un puchero. – Eres malo, Lan Zhan. Debiste despertarme para que nos bañáramos juntos. Ahora ya no podré verte desnudo a la luz del día.

Era madrugada y el sol no había salido aún. Lan Wangji vació otra bandeja de agua tibia sobre la cabeza de Wei Wuxian. – Me gusta verte dormir. Pero debemos volver a la hacienda.

Una mueca de desilusión se formó en el rostro de su Wei Ying. – Es verdad, presiento que las cosas no van del todo bien. – Tras decir esto, sopló un montón de espuma que había tomado de la que aún flotaba en el agua.

– Lan Zhan.

– ¿Mn?

Tras ser enjuagado, con ayuda de Lan Wangji salió de la bañera. El frío empezó a sentirse en su piel húmeda. – Tssssss, tengo frío.

De inmediato Lan Wangji lo cubrió con una toalla y lo abrazó, secando con suaves toques cada parte de su cuerpo. – Algo ibas a decirme.

– Deja Gusu y vente conmigo.

Lan Wangji sonrió con tristeza y giró para quedar de frente al hombre de su adoración. – Cada minuto del día anhelo estar a tu lado. – Tras besar su frente, buscó los ropajes oscuros para ayudar a vestirlo. – Aún necesito estar aquí.

Wei Wuxian sonrió y tomó el rostro de Lan Wangji entre sus manos para darle un beso corto a los labios. – Lo sé, esposo mío. Aún debes apoyar a tu hermano, además lo que pasó con Manzanita no es un caso aislado, hay que resolverlo. ¡Qué rabia me da no poder estar contigo para investigar! Ahora debo estar con mi sobrino.

– Todo estará bien.

Lan Wangji volvió a abrazar a Wei Wuxian intentando transmitirle tranquilidad. Después de besar su mejilla, tomó otra toalla seca y comenzó a pasarla en el cabello húmedo de su esposo. – Donde sea que nos encontremos, estaremos bien, mientras permanezcan conectados nuestros pensamientos.

Wei Wuxian se dejó cuidar con docilidad, recargando su cabeza en el pecho de Lan Wangji. – Eso nunca lo dudes, siempre pensaré en ti. Gracias por haberme traído aquí ayer.

- …

De momento, Lan Wangji dejó de secarle el cabello para quedar inmóvil. Wei Wuxian se dió  cuenta de su error, entonces lo abrazó con fuerzas. – Está bien, lo sé, no debe haber agradecimientos ni disculpas entre nosotros. Sólo fué que me dio gusto volver aquí.

Después de una profunda exhalación, Lan Wangji tomó un peine de su túnica para girar a Wei Wuxian, y pasarlo con la energía de sus manos para terminar de secar las largas hebras castañas y formar una rebelde coleta, amarrada con una larga cinta roja.

Sol de JadeWhere stories live. Discover now