11. Resplandor

155 22 101
                                    

☁️🏵️ Advertencia: Contenido explícito. 💙💛🔥

En la plenitud de la noche, Jin Ling y Lan Sizhui corrieron de la mano sin soltarse, a través de las calles céntricas de la ciudad. Su corazón latía con fuerza y la zozobra del riesgo de ser sorprendidos en el camino, mantuvo a Sizhui entre el estado de alerta y la emoción del escape.

Supo que habían llegado a su destino cuando al detenerse, la mano de Jin Ling apretó con fuerza la suya.

Era la Posada Tiāntáng. El lugar era reconocido por albergar huéspedes de alto poder adquisitivo. Un edificio elegantemente decorado, de dos plantas, y luces encendidas en el área de recepción y los pasillos. Había silencio en el lugar y el encargado estaba haciendo un conteo de llaves.

El recepcionista levantó la vista en cuanto vió entrar a los dos jóvenes. Uno totalmente cubierto con una capa y el otro en túnicas blancas de motivos azules. Sin retirar su capa, Jin Ling sacó dos monedas de oro y las colocó sonoramente sobre el escritorio.

– Una noche, por favor.

El encargado nocturno miró las monedas y al huésped misterioso con desconfianza. – Deme su identidad.

Jin Ling meditó en silencio. Rápidamente, Sizhui tomó las monedas y jaló del hombro a Jin Ling para llevarlo a la salida.

– Disculpe, nos retiramos ahora mismo.

Antes de dar el primer paso, Jin Ling se soltó de Sizhui para exhibir otra moneda de oro. – Quiero su discreción y el cuarto más apartado del resto.

El recepcionista miró la moneda. En cuanto Sizhui estuvo a punto de tomarla para salir, el recepcionista se adelantó de un manotazo. – Las tres monedas, están bien.

¡De acuerdo! – Jin Ling arrebató las primeras dos monedas de la mano de Lan Sizhui y las entregó al recepcionista.

Mientras les daba indicaciones del uso de su habitación, el anfitrión les guió a través del pasillo de la planta alta, para llegar a los cuartos del fondo. Luego hizo una observación. – Con ustedes son dos huéspedes que me han pedido discreción. En este extremo de la posada la habitación contigua está ocupada, el resto vacías. De cualquier forma, lo que hayan venido a hacer, háganlo con discreción.

La mano de Jin Ling apretó con más fuerza la de Sizhui.

La habitación era amplia. Había un buró para colocar pertenencias, y un biombo que tenía tras de si un contenedor de ropa. En el cuarto de baño, una enorme tina, de agua tibia y esencias aromatizantes dispuestas a un lado de jabón y hierbas.

Había una sola cama.

En cuanto el recepcionista se retiró, Jin Ling por fin pudo retirarse la capa que protegía su identidad.

Por primera vez, Jin Ling tenía ropaje distinto al de su Secta, mucho más modesto de lo usual, su cabello castaño era recogido en una coleta baja y su frente no lucía la marca bermellón, insignia de los ideales de su secta y linaje.

Volviendo a tomar su mano, Jin Ling se ubicó frente a Lan Sizhui, para hablarle mirándolo a los ojos. – Lamento haberte gritado y golpeado. Sé que no podemos obligarte con lo del juicio, Xiang Lian puede seguir.

Los ojos del Líder Jin brillaron como nunca antes lo había visto Sizhui. Sin todo el lujo que adornaba su presencia, Jin Ling seguía siendo hermoso, más hermoso que nunca. El sonrojo en sus mejillas y la boca entreabierta provocaron fuertes latidos en el corazón de Lan Yuan.

Sin embargo, Sizhui se contuvo y  tomó la mano de su Girasol, para depositar un beso. El rostro apenado de Jin Ling esperaba una respuesta.

– Yo también, lamento haberte gritado, mi Girasol. Seguiré con lo del juicio. Haremos que Wei Qingze salga libre.

Sol de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora