31. Conciencia

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Habian pasado tres semanas seguidas desde que Luo Qingyang no habia podido volver a su casa.

Desde la desaparición de Jin Rulan, el Ministro de Justicia y Ministro Mayor, Jin Peng levantó todas las alertas en los Ministerios de Cultivación y Seguridad.  Se decretó toque de queda por las noches y se establecieron puntos más estrictos de vigilancia por toda la ciudad de Lanling. Al exterior de la secta, los patrullajes se intensificaron dando un precio a la cabeza de Wen Yuan o al paradero del Lider Jin Rulan.

Dentro del Palacio de la Torre Koi, el Salon Privado del Lider fue ocupado por Jin Peng, quien quedó como Lider Interino. Durante el tiempo transcurrido, solo había sido requerida la presencia de Jin Tian.

Sin embargo, el dia en el que por fin Luo Qingyang fué convocada, ésta pudo enterarse que Jin Tian, Consejero Principal del Lider de Secta, habia caido enfermo, tras una fuerte discusión con Jin Peng. Al menos eso fué lo que alcanzó a decirle la Cultivadora Asistente, Jin Yuxi.

– La he llamado para decirle que ahora que Jin Rulan está ausente, no requeriré más de su presencia.

Con los brazos cruzados sobre el escritorio, y la mirada alzada, Jin Peng decretó su indicación de forma condescendiente.

Al escucharlo, Luo Qingyang se puso de pie. Desde la ausencia de Jin Ling había tenido que soportar el ni siquiera ser digna del saludo de Jin Peng, toda indicación era dirigida Jin Tian. Finalmente, luego de lo sucedido y de tres semanas de espera, Jin Peng solo la llamó para decirle que su presencia no era necesaria. Aún alterada como estaba, Luo Qingyang intentó mantener la compostura.

– Ésto debe ser un error, Señor Peng. Escuché que Jin Tian estaba incapacitado para realizar sus funciones. Lo que procede es que yo…

¡Lo que procede es que usted salga de aquí! – Jin Peng cortó sus palabras. – Fuí muy considerado al tener a Jin Tian aún en funciones. Ahora, me he dado cuenta de que no necesito de ningún consejero, menos aún si éste no forma parte de Lanling Jin.

¡Yo nací en éste lugar! – La voz de Luo Qingyang salió de golpe, como si fuera a llorar. – Además, la función de Consejero, además de ser auxiliar del Lider de Secta, es la de supervisarlo, usted mismo se lo ha indicado muchas veces a Jin Tian.

Al escuchar aquello, los ojos de Jin Peng enrojecieron y sus puños se cerraron para golpear con fuerza el escritorio.

– ¡NINGUNA RENEGADA VA A DECIRME QUE ES LO QUE TENGO QUE HACER! ¡SI NO QUIERE VOLVER A SER EXPULSADA DEFINITIVAMENTE DE LANLINGJIN, LE EXIJO QUE SE RETIRE! ¡YUXI, ACOMPAÑA A LA SEÑORA A LA SALIDA!

El rechinar de la puerta les indicó que una encogida Jin Yuxi entró y tomando del brazo a Luo Qingyang, murmuró en casi una súplica.

– Por favor, Señora Luo.

Entonces Luo Qingyang se percató que toda ella temblaba, sus musculos estaban tensos y sus puños cerrados provocaban dolor en los nudillos de sus dedos.

Quiso maldecir de una y mil formas a Jin Peng

Sin embargo, aún si habia esperado tanto tiempo para ser tomada en cuenta, o si se habia preparado a conciencia en cada instrucción de Jin Tian, y si estaba perdiendo la oportunidad de vigilar alguna posible conspiración contra su lider, Luo Qingyang tuvo que ceder.

Jin Ling ya no estaba y Jin Tian estaba incapacitado.

El Lider de Secta, Jin Rulan, necesitaba contar con ella, a su regreso.

De manera tal, contrario a cuando había  renunciado en aquella conferencia de sectas en la que defendió a Wei Wuxian años atrás, Luo Qingyang tuvo que obedecer.

Sol de JadeWhere stories live. Discover now