17. Distancia

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Cuando Lan Yuan por fin abrió los ojos, el sol ya iluminaba por completo la mañana en Receso de Nubes. Aún sentía un peso enorme sobre su cuerpo por la falta de movimiento, con un pequeño esfuerzo, apoyó el cuerpo sobre sus codos para incorporarse. Miró a su alrededor, ya no estaba en la hacienda Mo, eso era seguro. En aquella habitación familiar había muchos objetos, todos perfectamente organizados, la mesita central, el librero pulcramente ordenado, muebles y artículos de uso diario, todo estaba colocado en orden. En contraste, sobre las paredes, quedaron colgadas varias ilustraciones. Al centro del muro de la entrada, para quedar más visible al despertar, había una pintura de Wei Wuxian, sentado en un jardín, levantando un conejo, y varios más alrededor de él. Probablemente éste fué un regalo de Zewu Jun. A los lados de la pintura y en las demás paredes, estaban los dibujos hechos por Wei Wuxian, imágenes de flores de loto, paisajes en receso de nubes, retratos del mismo Sizhui y de Lan Jingyi, y en una ubicación especial, un dibujo de mayor antigüedad, con el retrato de perfil de un joven Lan Wangji estudiando con una flor en el cabello. Había una carpeta especial con más dibujos que Lan Yuan ya no quiso ahondar en ver. Conociendo el talento de Wei Wuxian, seguramente hizo más ilustraciones para hacer compañía al Segundo Jade durante su ausencia.

Lan Sizhui se fué haciendo consciente de su nueva situación.

De momento, pensó que podía tratarse de un sueño. Cuando abandonó Gusu Lan, creyó que había sido para no volver jamás. Pero de inmediato recordó la carta de Lan Jingyi, contándole del incidente de un lobo poseído que cobró la vida de Manzanita, y a cambio, los había liberado a él y a Wei Wuxian de toda sospecha de ser un peligro para la Secta. Imaginó entonces, que oficialmente, Gusu Lan les había abierto sus puertas para regresar en cuanto quisieran.

Pero ahora, Lan Yuan ya no podía hacerlo, debía estar al lado de Jin Ling.

La última vez que vió a su Girasol, fue tratando de escapar del incendio en la posada Tiāntáng. Tras recordar ésto, Lan Sizhui intentó con urgencia ponerse de pie.

Sin embargo al primer intento, una profunda punzada en la pierna izquierda, le provocó un gesto de dolor. Alzó la tela de su pantalón para descubrir los vendajes y hierbas medicinales que cubrían su pantorrilla. Empezó a ser consciente de su nueva situación.

Había sido gravemente herido durante el rescate del líder del clan Xieng. Jin Huolong, el incendio. ¡El juicio! Estaba todo listo para el juicio, ¡debía ir de inmediato con Xiang Lian, a prepararse!

Con la mirada, Lan Sizhui buscó desesperadamente su espada en los alrededores de la habitación. Tan pronto como la ubicó, intentó ponerse nuevamente de pie, sin embargo, su pierna izquierda no pudo sostenerlo y lo tiró sobre la cama una vez más.

Un suave golpeteo en la puerta distrajo sus intenciones de levantarse.

- ¡Sizhui, buenos días! Voy a pasar.

Lan Yuan respondió de inmediato.

- Pasa, Jingyi.

¡Por fin! - Tras ésta suave exclamación, Lan Jingyi entró con rapidez a la habitación. Al abrir la puerta, quedó frente a Sizhui de pie, por un momento, contemplando a su amigo, con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Por fin despertaste!

Sizhui contestó con una sonrisa. - No te librarás de mí tan fácilmente.

Animadamente, Lan Jingyi se sentó a un lado de Sizhui, y sin reparos, le dió un abrazo fuerte.

- ¡Me alegra mucho verte despierto! ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes ahora?

Pacientemente, Lan Sizhui se dejó abrazar, dando suaves palmadas al brazo de su mejor amigo.

Sol de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora