18. Sol rojo

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Lan Sizhui por fin pudo salir de su nueva habitación, por sí sólo. Los días anteriores, fiel a su horario de sueño, despertaba a las cinco, para meditar, estudiar de los libros que Jingyi le compartía, y leer, en lo que alguien lo visitaba para atenderlo.

Las visitas del doctor Fengbao cesaron, solo requería un poco más de reposo y ejercicios de rehabilitación. Pese al deber en sus estudios, Lan Jingyi se aferró a encargarse de ello. A cambio, y pese a la reticencia de Jingyi, Sizhui le ayudaba a seguirse preparando.

Cuando Lan Yuan pudo ponerse de pie, dió pequeños recorridos en los rincones de la habitación, observando cada uno de sus detalles. Imaginó a los dos Jades visitando a su madre, siendo aún muy pequeños. Poniendo un mayor esfuerzo, salió a visitar el jardín y el altar del patio trasero de la casa.

Al día siguiente, pudo dar sus pasos al exterior, aún no había amanecido. Entonces los recuerdos de su niñez llegaron a su mente. Hanguang Jun lo llevaba de la mano al aula para recibir sus primeras clases. Al poco tiempo, aprendió a tomar distancia respetuosa hacia él y a Zewu Jun y comenzó a caminar detrás de ellos, cada que los llegaba a acompañar. El Maestro Qiren le recalcaba que debía hacerlo de esa manera.

En esos pasillos, de vez en cuando corría tras Lan Jingyi, cuidándose de no ser vistos por los maestros o las guardias en patrullajes. Aún así, no pudieron evitar ser sorprendidos, y condenados a hacer planas interminables de las cuatrocientas reglas, ayudándoles a estilizar su caligrafía.

Lan Sizhui sonrió al recordar. Después de días amargos lamentando su lejanía de Lanling, estaba siendo consciente que había vuelto a sus orígenes. Si bien los Túmulos Funerarios le hacían sentir un ambiente familiar, Gusu Lan siempre fué su casa, una parte muy importante en su vida.

Entonces volvió a pensar en Jin Ling. ¿Estaría bien? Tenía muchas ganas de abrazarlo.

Aunque Sizhui seguía escribiendo, Jin Ling no volvió a responder. No era simple pesimismo. Estaba tan seguro de ello, que por mucho que Jin Ling estuviera ocupado o fuera olvidadizo, ya había dejado pasar varias oportunidades para enviar cartas acumuladas en los envíos de sus padres.

Había transcurrido veinte días. Quería ser capaz de moverse por si mismo para volver, necesitaba saber cómo seguían las cosas. Mientras el tiempo seguía transcurriendo, la distancia con Jin Ling se estaba haciendo cada vez mayor. Necesitaba averiguar qué sucedía antes de formar sus propias conclusiones.

Con la salida de los primeros rayos del sol, Lan Jingyi llegó corriendo. Al mirar a Sizhui afuera, se acercó preocupado.

- ¿Qué se supone que haces? Ve adentro.

Lan Yuan miró a su amigo seriamente. - Puedo caminar, ¿cuánto tiempo creen que estaré sentado?

- Lo que quieres es volver a Lanling, ¿no es así?

- ...

Ante el silencio de su amigo, Lan Jingyi dio un pequeño manotazo en sus rodillas. - ¡Pequeño ingrato! Me desvivo en atenderte y lo primero que piensas es en abandonarme.

Lan Sizhui respondió con cansancio - Basta Jingyi. Ambos sabemos que aún tengo cosas que hacer por allá. Espero que la maestra Ziyang aún pueda recibirme.

Sizhui suspiró al recordar la oportunidad que tuvo para dar clases en Lanling. Sus proyectos, otra vez tenían que ser replanteados. Hanguang Jun le había inculcado el valor de la perseverancia, pero en este momento, Lan Sizhui no podía sentirse más incierto en su porvenir. Si tan solo Jin Ling...

Lan Jingyi interrumpió sus pensamientos. - ¡Aún puedes dar clases aquí! El Maestro Qiren podría colocarte fácilmente. ¡Qué mejor que el método Lan de aprendizaje para alumnos Lan! No digo que sea el mejor, pero ¿Para qué quieres irte tan pronto? Al menos espera a que me gradúe.

Sol de JadeWhere stories live. Discover now