27. Ventisca

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Resguardar a Lan Sizhui en su habitación, había sido lo más fácil de todo.

En el fondo, Ouyang Zizhen era feliz de finalmente poder ayudar por cuenta propia a sus amigos, Lan Jingyi y Jin Ling confiaban con él para ello.

Solo bastaría con mantener a Lan Sizhui encerrado, llevarle de comer, y actualizarlo de lo que sucedía al exterior.

En ocasiones, mientras tomaba sus lecciones académicas, los pensamientos de Ouyang Zizhen le hacían echar de menos la privacidad de su habitación. No dudaba que Lan Sizhui nunca juzgaría su afición de escribir, recitar poemas y coleccionar cuadros de flores y paisajes de ensueño, pero la inspiración no regresaría hasta volver a estar solo otra vez.

Alguna vez, Lan Jingyi le había animado a manifestar sus sentimientos a través de la escritura. Así que un día, Ouyang Zizhen tomó una plumilla y tinta negra y comenzó a escribir, volviendo ésta actividad una de sus aficiones preferidas, aún si la narrativa, en un inicio, daba mucho que desear, por su limitado tiempo libre.

En varias de sus historias, el héroe salía a defender a su pueblo, enfrentando innumerables peligros a lo largo de la trama. En el camino se hacía de uno o varios compañeros dispuestos a dar la vida en defensa de sus ideales, y no podía faltar el interés amoroso, ya fuera la hija del rey, una doncella rescatada de ser devorada por un monstruo o la amiga de la infancia, que siempre sería protegida por el protagonista.

Por otra parte, los deberes de futuro líder de secta, lo mantenían en la búsqueda de una compañera de vida. Varios líderes de clanes, dentro y fuera de la secta Baling Ouyang, se habían ocupado en mandar a sus hijas a conocer al futuro líder de secta.

Zizhen trataba de ser atento, permitiéndoles caminar primero, abriendo las puertas para darles paso, sonriendo siempre, halagando la forma en que ellas se arreglaban, mostrando interés en sus historias.

Sin embargo en algunos casos, al ser forzadas a conocerlo, algunas de esas doncellas no ponían atención a los detalles, esperando el momento justo para huir de la cita. Otras sabían bien el lugar dónde estaban y preguntaban descaradamente por el número de posesiones, el valor de las tierras o el número de sirvientes a cargo.

También hubo ocasiones en que realmente se sentían atraídas hacia el heredero Ouyang, al grado de no despegar la vista de su rostro durante toda la cita, sin hablar o hablando demasiado, según fuera el caso, haciéndole sentir bastante incómodo. En un cierto caso, su cita en turno sólo se había acercado a él para que le presentara al líder de Secta Jin.

A cada intento de conocer a su posible compañera, Ouyang Zizhen terminaba más abrumado que la vez anterior. Entendía muy bien la importancia de la sucesión y de contar con un heredero, pero hallar a la mujer ideal se había vuelto una de las más difíciles de sus misiones.

Te falta experiencia. - Recordó a Lan Jingyi, durante una de las conferencias en las que llegaron a coincidir, tomando entre sus dedos, sin ingerir, un pequeño cuenco de vino, mientras lo aconsejaba. - Muéstrate un poco inalcanzable, y ellas se esforzarán mejor en lograr tu atención.

¿Acaso contigo ha funcionado? - Intervino Lan Sizhui en aquella ocasión, quitándole el cuenco de vino antes de ser sorprendidos por alguno de sus superiores que rondaban cerca.

¿Que si no? - Dijo Lan Jingyi mirando alrededor para luego recuperar el cuenco de las manos de Lan Sizhui, y aspirar el aroma del vino como todo un catador. - Hay una niña que acaba de entrar a la secta y está loca por mí.

Más bien, alterada. - corrigió Lan Sizhui. - Si no fuera porque Lan Fei asiste a tu madre, no te la encontrarías tan seguido.

Es linda, ¿no lo crees? - Dijo Lan Jingyi sonriendo al recordar. Tras un suspiro, volvió a mirar a los alrededores. Al no sentir que otro cultivador Lan, aparte de su amigo, los observara, tomó con rapidez el licor y lo tragó de un sorbo.

Sol de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora