Capítulo 18 (Presente)

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"Los sueños son frágiles, las pesadillas profundas y las verdades duras"

Katana

Pétalos bañaban las calles de piedra gris, casi blanca, las casas del otro lado de la montaña, perfectas construcciones de madera y hielo, talladas con patrones helados, estaban cubiertas también por las partes coloridas de las flores traídas de los territorios fértiles de los clanes aliados.

De los pinos llenos de nieve colgaban esferas de cristal, listones de tonos morados ondeaban en el aire, atados a los postes que iluminaban las avenidas, o a los faroles que se encargaban de alumbrar el interior de las viviendas.

Los demonios bailaban en las plazas, danzaban descalzos allí donde la música sonaba. Habían puestos a los lados del camino, comida, flores, fruta, juguetes, adornos; los más pequeños corrían de un lado a otro, persiguiéndose con cometas azules en forma de nubes.

Miko sonrió al ver el lugar rebozar de tanta belleza y energía. Caminó junto a Lan-Sui para adentrarse más en la festividad.

—¡Las emperatrices están aquí! —Un demonio femenino anunció al verlas salir de la montaña y comenzar a acercarse al pueblo.

—¡Larga vida a la emperatriz! ¡Salve la suerte de su majestad!

—¡Bendita sea su majestad! ¡Suerte de luna para la emperatriz!

—¡Que las estrellas y la luna bendigan a las emperatrices! ¡Salve la emperatriz!

—¿Con emperatriz se refieren a ti?

Lan-Sui miró a Miko y negó sonriente.

—Tú eres su emperatriz, yo soy solo su majestad. Aunque, habrá algunos que si me llamen por el mismo título por el que se refieren a ti. —Pellizcó la nariz de Miko y continuó andando, deteniéndose de vez en cuando, cada vez que un demonio se acercaba a saludarlas, a presentarles sus respetos o a charlar.

La multitud era demasiada, con tantas melenas en tonos blancos, negros, cafés y rojizos, acompañados de túnicas blancas o plateadas, Miko a penas y pudo diferenciar un rostro conocido. El demonio iba acompañado, cuando giró y su mirada conectó con la de su emperatriz sus ojos se abrieron por la sorpresa, al ver a Lan-Sui, la sorpresa cedió ante el enojo.

Katana susurró algo a Rilu y a los otros dos que la acompañaban, tras esto salió disparada como una corriente de aire, directo hasta Lan-Sui.

No le dio tiempo de reaccionar a su prima cuando la tomó sin piedad de las túnicas y comenzó a sacudirla.

—¡¿Por qué eres tan absurdamente irresponsable?! ¡¿Eh?! ¡Te dije que no salieras para no poner en riesgo a Miko, y te atreviste a ignorarme! ¡Y no solo eso Lan-Sui, fueron a pie! ¡¿Qué pasaba si las atacaban?! ¡Tu poder está centrado, en su mayoría, en las barreras, si te pasa algo vas a ser lo mismo que un pollo en un corral de zorros! ¡Irresponsable, irrespetuosa, irreverente, ignorante, insípida, insensible!

Lan-Sui suspiró.

—¿Ya te desahogaste?

—¡idiota!

—Si que te gustan los insultos con I. —Katana la fulminó. —Ya, perdón, fue capricho mío. Pero, como puedes ver no morí.

Katana la soltó y retrocedió un par de pasos, dándole espacio para que se arreglara las túnicas arrugadas por culpa de su zarandeo constante y despiadado.

—Lady Katana.

Con el llamado de Miko, la expresión de Katana se relajó, sus músculos tensos volvieron a la normalidad y al responder su tono ya era pacífico y sereno, igual que siempre.

The princess and the demon witchWhere stories live. Discover now