Capítulo 12

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"Si ya metiste la pata, al menos asegúrate que sea hasta el fondo."

Rilu

El rostro de Rilu reflejaba distintas emociones, y casi casi distintos tonos. Pasó de estar sorprendida a estar preocupada, luego tenía miedo reflejado en sus ojos, los cuales abrieron paso a la confusión, y finalmente terminó en blanco.

De todas las noticias impresionantes y repentinas que le daba Miko, y esas eran bastantes, esta era una de las primeras que no llegaba a saber cómo procesarla.

Abrió la boca más veces de las que había causado problemas en ese día, buscó palabras para decir algo y terminar con el silencio tan extraño que comenzaba a propagarse entre ambas amigas, más no encontró nada.

Para empezar... ¿Qué debía de decir?

Y para terminar... ¿Cómo debía de decirlo?

Miko era su amiga, sí, pero no podía ir, así como así y soltarle un:

"Pero que idiota. ¿Qué mierda es esta de la que hablas ahora?"

Ya que vieras como lo vieras, y lo oyeras como lo oyeras, no era correcto.

Por su indecisión mejor optó por permanecer callada. Más Rilu es Rilu, su boca no duró ni dos minutos cerrada cuando por fin llegó a pronunciar palabras, nada decentes cabe recalcar.

—Miko... Pero que idiota. ¿Qué mierda es esta de la que hablas ahora? ¿Liarte con Lan-Sui? ¿Te poseyó un espíritu del bosque o uno de las profundidades oscuras? ¿Escuchaste lo que dijiste? ¡Lan-Sui, Miko! ¡Lan-Sui! ¡Ella es el único demonio, miembro de la realeza, que no se ha dignado en participar en una cacería de luna llena desde que nació! ¡Oh vaya! ¿Cómo piensas hacer ahora?

Miko desvió la mirada de los ojos verdes de su amiga, si seguía observándola de esa manera solo la haría sentir peor, y eso que a estas alturas ya comenzaba a sentirse bastante miserable.

—No sé. ¿Ya se me ocurrirá algo?

Rilu se golpeó la cien con frustración. Los cascabeles atados a sus dos coletas tintinearon estrepitosamente ante el impacto.

—Venga ya. Le mentiste a tu madre, y muchas mentiras seguiditas. Pero solo para confirmar, ¿no estás enamorada de Lan-Sui verdad?

—No.

—Correcto, entonces si queremos que participe solo hay que hacerla beber una poción de amor y listo, si ella tiene un ligero, y no muy seguro ni sano, enamoramiento contigo, sin duda participará. ¿Qué hay que temer? —El tono de Rilu era confiado, más todas sus esperanzas se fueron al suelo con las palabras que su amiga dijo.

—Justo eso, que fue a ti a quien se le ocurrió el plan.

—Me ofendes.

—Pero tengo razón.

—Pero tienes razón.

Una corriente de aire sopló, jugaba con los listones del cabello de ambas chicas, menaba los cascabeles dorados y al ir desapareciendo fue levantando las hojas y ramitas caídas en el suelo.

De nuevo ambas quedaron en un momentáneo silencio. Rilu tuvo una nueva idea, estaba por decirla cuando un cuerno resonó a través del pantano. Aquel sonido hizo hondas en el agua y asustó a los animalitos, quienes corrieron a refugiarse en el fango y las profundidades.

—Un cuerno. —Rilu se levantó, intentando distinguir a quien pertenecía aquel particular sonido. Aún con su prodigiosa memoria, estaba muy segura de no haberlo escuchado entre los clanes jamás.

The princess and the demon witchWhere stories live. Discover now