Segundo año

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"A través de las montañas, los valles y los ríos.

A través del ayer, del hoy y del mañana.

A través del tiempo, la vida y la muerte.

A través de eso y más, mi promesa perdurará..."

***

Otra primavera ha venido para luego volver a irse, el invierno casi eterno en la ciudad blanca vuelve a adueñarse del paisaje.

Los árboles visten de trajes nevados; copos y copos con patrones diferentes caen desde el cielo hasta perderse entre la nieve del suelo.

Afuera el río comienza a congelarse, dentro de poco los pequeños podrán salir y jugar en la superficie helada sin temor a cuartear el hielo y caer en el agua fría.

¿Recuerdas como hace algunas primaveras atrás te atreviste a contaminar ese río de aguas vírgenes?

En ese momento desconocías que era un crimen, pero creo que, aunque ya lo supieras lo volverías a hacer de todos modos. Este es otro de los tantos secretos que compartimos, y estoy segura de que si mi madre o mi hermana lo supieran seguro no dirían más, pero en el interior estarían al borde del colapso, después de todo ese río es sagrado.

Hace poco fue la temporada de fresas y recogimos bastantes, este año en particular la cosecha ha sido increíblemente buena. Si estuvieras aquí estoy muy convencida de que te la pasarías sonriendo, orgullosa de haber cultivado bien, irías por ahí, pavoneando de lo buena agricultora que eres y durante el resto del día buscarías una forma de entrar a la cocina sin supervisión solo para hurtar una o dos canastillas llenas.

Cuando vuelvas prometo dejarte comer todas las que quieras, incluso Rin-Lu prometió darte una gran ración y ayudarte a plantarlas, solo por verte feliz como siempre.

Todos te hachamos de menos, madres emperatrices preguntan por noticias cada que me ven llegar, esperan, como yo, recibir buenas nuevas, pero durante dos años la respuesta sigue siendo la misma...

Todavía no.

Mis hermanos vienen a verme a menudo, JiuJiu me hace reír y a veces es mala influencia, escondiendo alcohol y ofreciéndomelo como si de agua se tratase.

Zaia es distinta, siempre tiene las palabras justas y oportunas, no por nada era un líder tan apreciada y respetada por los seis clanes. Aun así, en sus ojos falta un brillo, hay algo en su vida que es diferente, eso la perturba, no lo dice en voz alta pero su mirada la delata.

Lan-Yun.

Su hijo crece día a día sin poder ver a su madre, eso la destruye, a ambos.

Es un buen niño, sin duda lo es, pero crecer conmigo no es lo mismo que crecer con sus padres, yo jamás podré reemplazarlos o darle la crianza que ellos hubieran querido, me esfuerzo, pero una tía y una madre no son lo mismo.

Además, los niños jamás se me han dado bien.

Lan-Yun es pequeño, hay muchas cosas que no entiende y muchas más que cuestiona. Me gustaría poder responder a todas sus dudas, pero a veces incluso yo no sé la respuesta.

No poder ver a sus padres afecta mucho su carácter, los niños de su edad apenas y le prestan atención, lo ven como un marginado, como un bastardo que nadie quiere.

Hay noche en las que ambos hemos llorado juntos, siempre que algo pasa viene corriendo a mi o yo voy corriendo a él, nos hemos vuelto nuestro lugar seguro. A pesar de los regaños ocasionales y las charlas largas de disciplina sigue teniéndome confianza, y lo agradezco, me permite ayudarle y es lo único que quiero.

Merece una buena infancia y vida, así que pienso hacer hasta lo imposible para dársela.

En los otros clanes, los menores lo tachan de caprichoso, orgulloso y arrogante, solo porque su tía le da todo lo que pide. Eso es mentira, lo consiento, pero también le he enseñado a que no todo en esta vida viene gratis, muchas cosas se ganan, y él, él se ha ganado lo que tiene.

También te extraña.

Son varias las veces que lo he ido a sacar de la galería, le gusta admirar los cuadros de la familia y, en repetidas ocasiones se ha quedado profundamente dormido junto a la pintura de sus padres o junto a alguna tuya.

Otra cosa que hace a menudo, es intentar desenvainar las espadas que usaste, con Zagan parece haberse rendido ya, pero con Neus, aún mantiene esperanza, sabe que ya tiene una espada propia, pero por laguna extraña razón no deja que intentar desenvainar las ajenas. Cada que le pregunto por dicha acción solo me dice que es un secreto y no puede ser revelado, no insisto, si es un secreto entonces debe permanecer como tal.

Tu familia también te echa de menos, he visitado a tu madre y ella a mí, llora la mayoría de las veces que nos vemos, pero no me culpa. Charlamos y cuando el sol está por ponerse nos despedimos con la esperanza de que, en el siguiente encuentro haya una tercera persona con nosotras.

Aún está aquí el lugar destinado a ti, nadie podrá ocuparlo, porque cuando un demonio se enamora una vez, es para siempre.

The princess and the demon witchWhere stories live. Discover now