Capítulo 11

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"Si el mundo es cruel, yo soy peor. "

Lan-Sui

El sonido a espadazos era distante, pero aún resonaba a través de los pasillos solitarios y casi vacíos del castillo de la ciudad Blanca. Un lugar pacífico que gozaba de una paz anormal luego de tantos años plagados de ajetreo.

Afuera nevaba sin misericordia, los copos aplastaban sin piedad a los árboles y animales debajo. Detrás del manto de protección, arriba, en una terraza al aire libre, la emperatriz contemplaba su pequeño gran problema sin tener la resistencia suficiente para hacer uso de su poder y detener aquel nevado intenso.

Suspiró frustrada, el niño que sostenía en brazos estaba dormido y gruñó al sentir como su madre se movía. Zaia se dejó caer sobre el suelo agotada. Las túnicas y partes lizas de su hanfu se desparramaron sobre el hielo, como emperatriz era su trabajo mantener al clan nieve próspero, pero su poca resistencia no ayudaba.

Tenía el poder, pero la debilidad de su cuerpo le impedía usarlo.

De nuevo tenía problemas, pero acudir en busca de ayuda era inapropiado. Más la ayuda acudió sin necesidad de ser convocada.

—Es malo para tu salud exigirte más de lo que tu cuerpo puede soportar. —Lan-Sui se detuvo junto a su hermana, y con un ademán extinguió la ferocidad de la tormenta. —Sé que antes podías hacerte cargo, pero tu parto fue complicado, tu cuerpo es menos resistente, no hagas tonterías cuando yo estoy aquí para ayudarte.

Zaia rio sin ganas.

—¿Y qué debería hacer entonces? Han pasado años desde mi parto y soy la emperatriz, no puedo dejar que hagas todo mi trabajo cuando igual hay cosas más importantes por las que deberías de preocuparte.

Lan-Sui bajó su mirada para toparse con la de su hermana. Sus orejas se movieron, y su instinto le dijo a gritos que algo estaba pasando y ella aún no era consciente.

—Hay rumores. —continuó Zaia. Sus manos acariciaron el pelaje de su hijo, el pequeño había tomado su forma de zorro luego de volver a estar cómodo, y soltó un un ronroneo cuando los dedos de su madre trazaron círculos y líneas sobre su cuerpo.

—¿Qué tipo de rumores? —Decir que Lan Sui no tenía curiosidad sería una mentira, su interior rugía por saber que era lo que pasaba ahora.

Ella mejor que nadie, conocía el alcance y poder de los rumores. ¿Cómo no hacerlo cuando estuvo involucrada en varios y protagonizó otros más?

Escuchar, vivir y crear rumores era algo así como su pasatiempo, sus hermanos y su familia no los mencionaban porque estaban al tanto de los juegos peligroso que Lan-Sui se atrevía a llevar acabo. Pero, si ahora Zaia estaba dispuesta a hablar de uno significaba que era especial, y Lan-Sui moría de ganas por saber qué tipo de especial.

—Se dice que Lan-Sui del clan Nieve está manteniendo una relación no oficial y concebida fuera de los parámetros "aceptables" con la princesa Aries del clan de Acero.

Lan-Sui se mordió el interior de sus mejillas para no soltar la carcajada que comenzaba a subir por su garganta. ¡Vaya que el mundo sí que inventaba cosas muy llamativas!

¡Los mortales tenían creatividad e imaginación, debía de admitirlo!

—Eso es una estupidez. —Lan- Sui terminó soltando una suave risa, si su hermano estuviera allí se hubiera orinado por lo gracioso del asunto. —¿No me digas que te lo creíste y vienes hasta aquí para confirmarlo?

Zaia negó con la cabeza ante la actitud de su hermana. No admitiría nunca en voz alta que sí llegó a pensarlo posible, no fue hasta que vio a Lan-Sui contener la risa que supo que era falso, como todos.

The princess and the demon witchTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang