Capítulo 33 (Presente)

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"Olvidar una cosa no es pecado, olvidar todas sí."

Mo-Quing

Mo-Quing no recordaba cuanto tiempo llevaba vagando en un mar oscuro y profundo, alejado de todo y de todos.

Ni siquiera sabía que estuvo lejos hasta que una sacudida brusca la trajo de vuelta. El agua a su alrededor se agitó moviéndola a voluntad de un lado para otro, sabía que debía de respirar, pero no tenía necesidad de hacerlo.

En medio de ese revoltijo tuvo frío, la superficie se congeló dejándola atrapada en el fondo, impidiéndole salir hasta un segundo después, cuando una mano cálida la tiró con fuerza hacía arriba.

Pasó de estar encerrada en un espacio diminuto a tener mayor libertad, ya no era solo una conciencia oculta, tenía poder, tenía un cuerpo y movimiento.

Se sentía como ella, pero a la vez no.

Abrió los ojos y pegó un grito al toparse con dos rostros femeninos demasiado cerca de su cara, demasiado atentos y demasiado desconocidos.

—¡Despertaste! —Una de las extrañas se aferró a ella como un calamar a su presa.

—¿Ustedes son? —Mo-Quing miró a la otra mujer que la estudiaba con precaución. —No es que me moleste que una extraña me abrace y otra me vea con cara de que me va a matar, pero prefiero tener conocimiento de sus nombres a seguir en la ignorancia.

Rilu se tensó al escuchar las palabras, se apartó y pasó de ver a Miko a ver a Dalial.

—¿Le borramos de nuevo la memoria?

—No creo que hayan hecho eso. —Mo-Quing se puso de pie, dándose cuenta de que muchas cosas andaban mal en ella y en su entorno. —¿Han visto mi espada?

El rostro de Rilu se complicó aún más.

—¿Tienes fiebre?

—Es más complejo que una fiebre. —Dalial giró en torno a Mo-Quing, sin apartar la mirada de ella. —Pero es extraño, muy extraño. Rilu, no borramos nada, al contrario, le ayudamos a volver en sí pero no de la forma que esperábamos.

—¿Cómo?

—Sí. —Mo-Quing observó su reflejo en el agua y casi se cae de espaldas al ver su nuevo yo. —Habla que yo igual quiero una explicación. ¿Qué diablos le pasó a mi cara? Me veo más sexy.

Dalial se golpeó la cabeza con la palma de la mano, recuperó un gramo de paciencia y entonces prosiguió.

—Mo-Quing. ¿Correcto?

—¿Y yo con quién tengo el gusto?

—Dalial, esposa del príncipe Zhan.

Mo-Quing esta vez sí se cayó al suelo al escuchar el nombre del príncipe.

—¿Qué? —Rilu tardó en procesar. —¿Cambiamos el alma de Miko por la de Mo-Quing?

—No Rilu, Miko y Mo-Quing son la misma persona, solo que, en épocas distintas, el alma es una. Lo que hicimos fue bloquear los recuerdos de Miko y despertar los de su vida como Mo-Quing, haciéndola adoptar el comportamiento de esta. —Dalial no tenía idea si debía de estar feliz o preocupada por la reacción de Lan-Sui al enterarse del cambio.

Mo-Quing por su parte seguía en el suelo, frotando sus clientes con una mano e intentando hacer cuentas con la otra.

—Disculpen. —Dalial y Rilu dejaron de hablar entre ellas para prestarle atención. —¿Qué imperio es este?

The princess and the demon witchWhere stories live. Discover now