Toxic Boy [T/n X Dabi]

En la boca del lobo

La clase finalizó y fue la hora y media mas larga de su vida, disociando y quitando el foco en toda indicacion dada por su profesora solo pensando en pasar la noche con joven de ojos turquesas que causaba un cosquilleo en todo su cuerpo; luego de estirar tomó su bolso y se dirigió a la salida, le tomó unos segundos divisar al adulto parado a pocos metros de distancia. Ella entusiasmada se acercó para saludarle, se le notaba con mas euforia de lo normal y es que quien diria que au crush la invite a una cita, y encima ser puntual a la jora de verse; saludó algo nerviosa al mayor y éste la observó indiferente, más concentrado en ver a sus compañeras de gimnasia que notar su mera existencia.

Así empezaba a hundirse en esa laguna mental que la convertia en un automata hecho y derecho para actuar con la mayor naturalidad y cualquier recelo sea reprimido pues a su crush adulto y maduro no le gustará oir au opinion de por qué no debía ver de forma tan descarada a sus compañeras; y así como su mente la juzgaba por sentir celos, su ansiedad comenzó a boicotear su autoestima remarcando sus mil y un defectos, desde su postura hasta ese tamaño extraño que tenian sus orejas.

~Ey enana~ La llamada de atencion logró enfocar su vista y notar que ya habían llegado a la vivienda del mayor. ~Te golpeaste la cabeza hoy o estas media idiota?~ La joven frunció el ceño y salió del auto al mismo tiempo que el pelinegro.

Él hablaba de algo absurdo como lo molesto que fue comprar una caja de cigarrillos antes de buscarla, sí había vuelto a ese mal hábito al volver a Japon, lo molesta que era esa señora adelante de él en la fila consultando la veracidad de cero azucares en esa bebida gasificada; entraron al departamento y T/n notó el gran tamaño de éste, el lugar era un piso exclusivo totalmente amueblado con estilos minimalistas y modernos abusando de la paleta de colores acromaticos.

~Quieres tomar algo?~ El mayor se encontraba en la cocina buscando en su heladera algo para beber. Las intenciones eran claras, no espero su respuesta que abrió una cerveza, sorbió un poco y se la ofreció, ella nunca había tomado alcohol, solo tenía 15 años y hasta era tan cuidada con lo que ingería que repudiaba las bebidas gasificadas, mas no queria ser irrespetuosa o quejumbrosa por lo que le pegó un trago, era amarga y bastante acentuada al punto que podia sentir cuando bajó por su garganta y el gusto que dejaba una vez ingerida era peor, su respiracion repetía en un eco ese amargor causando un gesto de disguato en su rostro. Touya rió entre dientes al notar su reaccion, le daba cierta ternura y le recordaba que esa joven era aun muy menor.

~Quieres probar otra cosa?~ La niña asintió ~Okey... dime te gustan las cosas dulces...~ El mayor revisaba su alacena para encontrar algo del agrado de su invitada, oía sus respuestas y preferencias hasta que encontró la bebida perfecta.

Tomó un vaso, lo llenó de hielo y con un medidor comenzó a echar varias mezclas: licores de vainilla y café, un poco de vodka y rellenó con una leche chocolatada que había comprado en la tarde.

~Es un trago screaming muy hecho en casa y con lo que encontré pero creo que te gustará, la proxima compraré helado~ La joven lo probó y sabía a un frapucchino y el dulzor disfrazaba esas medidas de alcohol que cargaba. ~Ah antes de que me olvide, no querias ducharte? Apestas.~

La menor se sonrojó y siguió las indicaciones del mayor para ducharse, una vez sola en el baño se dispuso a usar ese cuarto de lujo que tenía Touya en su casa y es que esa ducha con mampara y una presion de agua increible le daría el gusto a cualquiera para bañarse. Una vez fuera de la ducha notó que touya solo le dejó la toalla por lo que apenas asomó su rostro por el umbral de la puerta del baño para llamarlo, cubierta con la toalla sintio esa corriente de aire en el pasillo del departamento en el que la temperatura era mas baja a falta de ese vapor del agua.