ℭ𝔞𝔭𝔊𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔖𝔢𝔊𝔰

371 45 1
                                    

El señor Zabdiel me envió a casa esa noche pero no pude irme, no podía pretender que nada había sucedido. Había conocido a Eric hacia solo un día pero me importaba lo que le sucediera. Por lo que en vez de volver a mi apartamento decidí sentarme a esperar en las escaleras. Nani apareció poco después con un kit de primeros auxilios y una bolsa de hielo en la mano. Según lo que la simpática mujer me informo, tenia la ceja partida y la mandíbula y parte de mi labio inferior, inflamados. Sus ojos me miraron con tristeza cuando termino de limpiar mis heridas antes de girarse y volver a la cocina.

El medico que Zabdiel llamó no tardo mucho en llegar. El mismo dijo que Erick iba a estar bien pero que esta recaída había sido demasiado fuerte, el chico había estado a gramos de la sobredosis.

Debíamos cuidarlo mejor a partir de ese momento.

—¿Qué haces aun aquí, Joel? —Zabdiel se sentó a mi lado en las escaleras, observando la caída de los escalones hacia el primer piso.

—No podía simplemente irme —explique con un encogimiento de hombros—. ¿Qué haremos ahora?

—Cuidarlo —suspiró—, es lo único que podemos hacer.

—¿Y si recae nuevamente?

—Ese es un riesgo que siempre estará presente, Joel —me miró con sus ojos verdes llenos de dolor—. Erick es quien debe decidir si esto es lo que quiere para su vida.

—Esta perdido. —afirme.

Zabdiel me miró con curiosidad—. Conoces a mi sobrino hace menos de veinticuatro horas, ¿Cómo sabes que eso es lo que le sucede?

—Lo veo en sus ojos —admití tímidamente—. Él no quiere esto pero es la única vía que conoce.

—Creo que tu lo entiendes mejor que yo, que fui quien lo crío. —sonrió con tristeza.

—No es eso, Erick es un niño perdido —susurré—. Necesita una guía.

—¿Quieres ser su Peter Pan? —bromeo golpeando mi hombro mientras se ponía de pie—. A mi no me molestaría que lo fueras mientras mi sobrino este bien.

No entendí sus palabras. O tal vez no quería entender el significado detrás de las mismas.

—Vete a casa, Joel. —dijo amablemente mientras caminaba por el pasillo hasta perderse de mi vista.

Mis ojos se quedaron clavados en el bordado de la alfombra por unos minutos antes de que me pusiera de pie y me dirigiera a la habitación del pequeño ni. Erick se veía tan jodidamente sereno durmiendo sobre los edredones coloridos. Me imagine que así de tranquilo se vería su rostro si no estuviese siempre intentando alejar a las personas.

¿Cómo sería el verdadero Erick? Ese del que Nani me hablo, el muchacho alegre y amable que  ella tanto añoraba.

Observando el delgado cuerpo acurrucado sobre la cama me pregunte si ese chico todavía estaba escondido detrás de esa mirada desafiante. Sacudiendo la cabeza y con una ultima mirada al pequeño, me voltee sobre mis talones y caminé por el pasillo. Saliendo de la casa y dirigiéndome directamente a mi departamento. Si tenía suerte podría dormir un par de horas antes de tener que volver a cuidar del chico.

Mi cama me recibió suave y acogedora cuando me deje caer sobre ella y cerré los ojos. Parecía que había dormido solo cinco minutos cuando el despertador comenzó a sonar advirtiéndome que ya eran las 6:30am. Había dormido poco más de una hora pero no me sentía tan cansado como había pensado que me sentiría.

Tambaleándome en mis pantalones de pijama, salí de la cama y camine por el pasillo en busca de mi tan preciada dosis de cafeína. Necesitaba el liquido oscuro para funcionar.

—Hey, estas despierto —dijo Chris, desde su lugar frente a la mesa, con voz sorprendida—. Con lo que paso pensé que dormirías hasta rajarte los parpados.

—No soy como tú —me queje, sirviéndome café—. Debo ir a trabajar.

—No, no debes hacerlo —sacudió la cabeza—. Zab llamó hace unos minutos y dijo que puedes ir más tarde hoy, Erick no saldrá para nada —Chris frunció el ceño sobre la taza por unos segundos antes de mirarme directamente y alejar la pieza de porcelana de sus labios—. ¿Qué tan grave fue?

Me encogí de hombros—. No lo sé, nunca había estado en una situación así. Pero fue un momento horrible —confesé—. ¿Cómo lo supiste?

𝕭𝖗𝖆𝖛𝖊 Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum