ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔇𝔦𝔢𝔠𝔦𝔰𝔦𝔢𝔱𝔢

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Rodee los ojos observando a Chris correr alrededor de la sala, ondeando las manos sobre su cabeza mientras soltaba un alarido de guerra. Era increíble que actuara toda la escena de la película 300 -la parte en que van a la guerra, mas concretamente- para matar una maldita mosca. Dios, había gente que se toma realmente a pecho la frase de "vive el momento como si fuera el ultimo". Y si Chris seguía actuando de ese modo, su ultimo aliento llegaría muy pronto y seguramente por cortesía de mis manos en su cuello.

—¿Puedes dejar de hacer estupideces y vestirte? —pedí observando con una mueca sus calzoncillos de hamburguesas. Parecía como si le hubiese robado la ropa interior a su pequeño sobrino. ¿Qué hombre de veintiséis años usaba bóxer con dibujos de comida?

—¿Por qué tan acelerado? —se quejo, dándole un vistazo al reloj en su muñeca—. Aun tenemos cerca
de veinte minutos.

—No, no los tenemos —negué mientras encendía el televisor y apuntaba a la hora en la parte de abajo de la pantalla—. Estas llegando dieciséis minutos tarde.

Chris estrecho los ojos para poder ver los números antes de que diera un salto sobre si mismo y corriera a su habitación gritando algo sobre que yo tenia la culpa de su llegada tardía. Me importaba muy poco si me culpaba de ello mientras moviera el culo. Mi celular comenzó a sonar dentro de mis jeans y lo saque rápidamente mirando con el ceño fruncido hacia la fotografía de mi madre.

—Hola, Joey.

—Hola, mamá —salude—. ¿Cómo estas?

—Estoy bien, cariño. —contesto alegremente—. Extrañando a mi bebé, ¿Cuándo piensas venir a visitarnos?

—No soy un bebé. —me queje—. E iré pronto, lo prometo.

—Has estado diciendo eso por más de dos meses —me recordó—. Es mejor que muevas tu perezoso trasero hasta aquí o me veré obligado a enviar a tus primos por ti.

—Oh dios no, tener a Harry y Gemma pegados a mi es lo ultimo que necesito.

—Entonces a tu padre. —amenazo. Lo peor es que estaba muy consciente de que mi papá era capaz de tomar su auto y manejar hasta allí para llevarme a casa.

Solté un sonido exasperado—. Bien, iré. ¿Qué te parece este fin de semana?

—Perfecto, cariño, te estaré esperando. —Chris salió por el pasillo colocándose su chaqueta en ese momento—. Y trae a Rich contigo.

—¿A Rich? —la ultima vez que había llevado al chico no había ido muy bien—. ¿Por qué quieres a Richard? ¿No te basto que hubiera hecho estallar la parilla de papá?

—Lo hizo sin querer. —lo defendió.

—Niall hace todo sin querer.

—Por favor, Joel, el chico ha estado muy deprimido últimamente con todo lo de Dougs, necesita una distracción.

Tomando las llaves de mi auto, le hice un gesto a Chris para que saliera frente a mi, deteniéndome en el umbral cuando las palabras de mamá fueron procesadas por mi cerebro.

—¿Cómo demonios sabes que Richard esta deprimido? ¿Y sobre Dougs?

—No jures, jovencito.

—Lo siento. —dije rápidamente.

—Rich me ha estado llamando y me contó sobre Dougs —explico—. El pobre esta pasando por su primer enamoramiento serio, compórtate como el amigo que eres y tráelo a casa.

Pasándome una mano por el rostro, cerré la puerta a mis espaldas y seguí la cabeza castaña de Christopher por las escaleras del edificio. El hecho de que Richard hubiese llamado a mi madre para contarle sus penas no me extrañaba, lo había hecho durante tres años luego de la primera vez que lo lleve a mi casa. Ambos se habían vuelto muy amigos desde ese momento, lo que me exasperaba era el hecho de que estuvieran metiéndole en el medio.

𝕭𝖗𝖆𝖛𝖊 Where stories live. Discover now