ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔇𝔦𝔢𝔠𝔦𝔬𝔠𝔥𝔬

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—Buenos días, Nani. —salude en el momento en que entre a la cocina la mañana del sábado. La pequeña mujer me sonrió amablemente—. ¿Dónde esta Erick?

Me extraño el no ver al pelinegro ya que los dos días anteriores me había esperado fuera de la casa, saltado sobre mi antes de arrastrarme hasta su estudio. No tenia ni idea de como iba la pintura ya que el chico ni siquiera me dejaba acercarme al caballete. Según lo que me dijo era de esos artistas a los que le daba vergüenza que alguien viera su trabajo antes de que lo terminara.

—No ha salido de su estudio —respondió—. Ha estado allí desde antes que el sol saliera.

—Que extraño. —me rasque la nuca de forma inconsciente antes de mirar hacia la puerta de la cocina—. Pensé que me esperaría afuera, tenemos un largo camino hasta Orlando.

—Según lo poco que me dijo cuando fui a llevarle su desayuno esta muy nervioso por conocer a tus padres. —ella se volteo hacia mi con una sonrisa malvada—. Y tu, Joel de León, ¿podrías decirme porque llevas a mi niño a conocer a tus padres?

—Número uno; es mi niño, no el tuyo. —reí entre dientes cuando Nani rodó los ojos en mi dirección—. Número dos; no seas chismosa.

Nani frunció los labios en mi dirección antes de sacudir la cabeza—. Mocoso irrespetuoso. —mascullo mientras tomaba un canasto con ropa y pasaba a mi lado para ir a la lavandería.

Besando su mejilla rápidamente corrí fuera de la cocina escuchando su risa cantarina mientras corría por las escaleras hacia el estudio de Erick. El pasillo estaba extrañamente en silencio con solo es sonido de mis pasos haciendo eco en cada rincón. Pasando la puerta de la habitación del moreno seguí mi camino tranquilamente hasta al final del pasillo.

—You should let me love you. Let me be the one to give you everything... —una voz suave llego hasta mi mientras caminaba, haciendose cada vez más fuerte a medida que me acercaba más al estudio de Erick—...you want and need. Baby good love and protection. Make me your selection.

La puerta entreabierta del estudio apareció frente a mi y la empuje suavemente para abrirla. Me quede congelado en el umbral al ver la imagen frente a mi. Erick llevaba puesta la sudadera que le había prestado cuando se quedo en mi casa, una gris con capucha negra que le quedaba demasiado grande, y estaba acostado en el suelo boca abajo mientras garabateaba en un cuaderno frente a él.

—Show you the way love's supposed to be. Baby you should let me love you, love you, love you... —su voz fue perdiendo intesidad poco a poco antes de volver a subir—. Your true beauty's description looks so good that it hurts. You're a dime plus ninety-nine and it's a shamem. Don't even know what you're worth. —sonrei como idiota cuando su cabeza se movio de un lado a otro como si estuviera escuchando la canción en su cabeza—. Everywhere you go they stop and stare. Cause you're bad and it shows. From your head to your toes, Out of control, baby you know.

Dando un par de cuidadosos pasos, intentando hacer el menor ruido posible, me acerque a hasta él levantándolo del suelo sin problemas.— If I was ya man, baby you. Never worry bout, what I do. I'd be coming home, back to you. Every night doin' you right.

Los ojos de Erick se abrieron como platos mientras se aferraba a mi con brazos y piernas. Sonreí por su sorpresa ante mis palabras. No tenia la mejor voz del mundo pero estaba bastante bien, mamá había insistido en que tomara clases de canto de pequeño y según mi profesora era bastante bueno.

—Cantas. —musito parpadeando.

—Tu también. —sonreí.

Erick frunció los labios inclinando la cabeza hacia un lado como si no estuviera muy de acuerdo con mi declaración. Acercándome a él, deje un rápido beso en su nariz recibiendo una sonrisa brillante a cambio.

𝕭𝖗𝖆𝖛𝖊 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora