ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔙𝔢𝔦𝔫𝔱𝔦𝔫𝔲𝔢𝔳𝔢

290 38 0
                                    

—¿Qué haremos hoy? —besé la nariz de Erick antes de separarme.

—Hoy no tenemos una de tus aburridas clases, ¿verdad? —preguntó esperanzado—. No sé porque mi tío te puso a darme clases de literatura, no las necesito.

—Eres horrible en la literatura, ojos bonitos. —reí antes de sacudir la cabeza—. Pero no, hoy no voy a darte clases.

Había estado dándole clases a Erick desde que el señor Zabdiel me había re-empleado para eso, aunque por lo general el niño siempre encontraba la manera de distraerme para que terminara la lección antes de tiempo. En el poco más de mes y medio de clases, no había podido dar una clase completa sin que a Erick se le ocurriera ir al baño por dos horas -cuando en verdad estaba comiendo dulces en la cocina- o se durmiera sentado. Era un tanto frustrante pero no iba a ganar un sueldo por nada, intentaría enseñarle aunque no quisiese aprender.

—Esta bien —sonrió—. Entonces, iremos a ver a un amigo mío y luego volveremos para que pueda seguir con mi cuadro, ¿Qué te parece?

—Me parece bien —lo besé suavemente—. ¿Qué tan lejos queda la casa de tu amigo?

—No mucho, cerca de la uni.

—¿Y que haremos en su casa, si se puede saber?

—Se puede —sonrió, separándose para ocupar el asiento del acompañante que Chris había dejado libre hacia unos minutos—. Iremos a buscar tu regalo.

—¿Por qué tu amigo tiene mi regalo?

Zayn rio entre dientes—. Ya lo verás, ahora vámonos.

—Mandón. —susurré mientras me acomodaba tras el volante y volvía a encender el auto.

Repiqueteando sus dedos sobre el tablero, el moreno me miró de reojo con una sonrisa antes de volver la vista a la carretera. Hizo lo mismo un par de veces hasta que finalmente se volteo a mirarme.

—¿Sabias que Christopher y mi tío se besaron? —soltó.

—Si, Chris dijo algo. —asentí.

—Mi tío me lo contó anoche —rio—. Me dijo que fue la única manera de callarlo cuando Chris comenzó a quejarse sobre tener que tomar el autobús porque tu no estabas.

—¿Funciono?

Se encogió de hombros—. Supongo que si. —sonrió antes de hacer una mueca—. No he visto a mi tío con alguien en mucho tiempo, espero que eso funcione me dolería que él sufriera luego de lo que sucedió con su ultimo novio.

—¿Qué sucedió? —no debía preguntar, en serio que no debía pero siempre había sido un chismoso. No me juzguen.

—El tipo era un imbécil. —miró por el parabrisas un segundo antes de volver a mirarme—. Cuando supo que mi tío se había hecho cargo de mi, salió corriendo con la excusa de que no tenia intenciones de criar niños.

Fruncí el ceño, mirándolo brevemente—. ¿Qué edad tenias?

—Diez. —respondió—. Hace ocho años que Zab no sale con nadie o al menos, nada formal. Siento que tengo la culpa por ello, si él no se hubiese hecho cargo de mi tal vez tendria una relación estable y seria feliz.

—¿Quién dice que él no es feliz? —pregunté—. Yo creo que tu haces feliz a tu tío, claro, cuando no estas todo mañoso y lanzando veneno en todas direcciones.

—¿En serio lo crees?

Asentí—. Tu tío te ama y estoy seguro de que no se arrepiente de haber sacrificado algunas cosas para criarte. Además, aun es un tipo atractivo, ¿cuantos años tiene? ¿Treinta y dos?

𝕭𝖗𝖆𝖛𝖊 Where stories live. Discover now