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El llanto de dos pequeños inundaba la sala en la que el Alto Lord de La Corte Noche y su Señora se encontraban.
Dos niños; con cabello tan negro que con la luz de la luna revelaba un color azul. Los ojos de el niño de un color azul-morado y los de la niña reflejando una galaxia y sus estrellas.
Probablemente eso era lo que más asustaba a sus padres; la madre tenía miedo de que la profecía fuera cierta y el padre por el daño que está podía causar.
"Dos reyes nacerán Y un poder sin igual traerán. Sin fin de batallas tendrán Y no todas las ganarán. El portador del Elentari la ruina será y el fin de los mundos llegará."
Una profecía que se dio hace miles de años, se empezaba a olvidar con el tiempo. El Elentari; el poder que reina las estrellas.
Un poder inigualable, donde todo lo que se conocía podía desaparecer en un pestañeo. El poder que podía crear y deshacer, gobernador de mundos.
Un mito para todos en Phyrtian, hasta hace 9 meses que la Señora de la Corte Noche queda embarazada.
Todo se descontrola cuando una sacerdotisa muere al tocar el pronto abultado vientre, mientras que sus últimas palabras son está extraña profecía.
Al momento de nacer, fué más que obvio que se había cumplido.
Rualik con su primer respiro, su presencia detonado tanto poder como nunca nadie había visto y sus ojos de estrellas, declaraba el inicio de esta profecía.
La madre al ver los ojos de su hija, sólo pudo llorar. Sabía los planes de su compañero; mataría a la bebé.
Por la mente de él Alto Lord, no podía pasar que el heredero de tal poder fuera la pequeña niña, imaginando en un futuro la destrucción que traería. Tenía sólo una solución : la muerte.
Dando grandes pasos hasta donde su compañera se encontraba con sus dos hijos, la tomó de él hombro. Viendo lo que la Señora veía.
Los dos niños tenían sus manita unidas, acostados de medio lado, con sus pequeños ojitos fijos en el otro.
- Despidete, mujer, sabes cuál es su destino - su voz firme, su cara sin expresión ni sentimiento, le recordaron a la mujer que por más que lo intentara, no podría quedarse con su niña.
Quitando la mano de su compañero de el hombro, enojada y triste, alzó a la pequeña niña, causando que los bebés soltara sus manos. El niño lloró al no sentir a la pequeña.
-Te amo, más que a cada estrella en el universo, mi pequeña Ru - grandes lágrimas caían por su cara, mientras abrazaba a su hija- Perdóname, por favor, perdóname. Te amo, mi niña
El padre la tomó de sus brazos, causando que la mujer cayera de rodillas desconsolada.
Él hombre al no poder ver más a su compañera sufrir, voló lejos de su hogar, dejando el llanto de la madre y el pequeño atrás.
Voló hasta llegar a un río, cerca de uno de los Campamentos Ilyrios. Aterrizando despacio, se dio el tiempo de mirar a la pequeña niña.
No lloraba, sus mejillas y su nariz estaban rojas por el frío de el invierno. Sentimientos de culpa abarcaban a él hombre. Pero su egoísmo al saber la clase de poder que la niña llevaba y el no, era mayor.
Se arrodilló y con su magia puso a la niña en una pequeña canasta, él sabía que unos metros adelante habría una cascada, nadie encontraría sus rastros.
Una mirada de disculpa, fue todo lo que le dió a la bebé, antes de soltar la canasta y dejar que el río se la llevara. Voló sin ganas de presenciar lo que iba a pasar.
Sin conocimiento, de que ese acto traería dolor y sufrimiento en un futuro.
Pero el destino y poder de Ru era más grande de lo que imaginaban, así que al caer por la cascada, inconscientemente el poder de la niña creó un gran agujero, llevándose a la niña y la evidencia de su existencia con ella.
AHHHHHHH Rualik, significa Estrella de poder, ji La historia se basa después de Una Corte de Alas Y Ruina, ya sé que Una Corte de Llamas Plateadas ya salió, pero para el desarrollo de la historia que he imaginado, pues no pasó. Espero que les gusteeee y si es así me lo hagan saber con un voto🥺 Amo la saga de Acotar y amo a Azriel con todo mi corazón. Así que ahí esta el inicio de ésta historia. Besossssss
