[32]

778 64 17
                                    

El plan parecía fácil

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El plan parecía fácil.

Mentirle a Hellas, fingir que no amaba a su compañero y robar el anillo. Ya habían puesto el poderoso glamour que haría que su vínculo no se sintiera y menos los anillos. Sus sombras también tenían un glamour, Rualik dijo que no se arriesgaba a que él viera su poder.

Pero los compañeros sentían esa espina de inseguridad y molestia. No querían ocultarse.

Pero debían pelear, y lo hicieron juntos, así que aparecieron en Hell.

Azriel se lo había imaginado de una forma siniestra y gótica, pero se equivocó. El lugar a pesar de sus casas; de un negro mate que consumía cualquier luz, tenía flores de todos los colores en la ciudad que se levantaba. Los fae caminaban tranquilos por sus calles. En el cielo se divisaba... ¿Otros mundos?

Miraron detrás de ellos, ahora a unos cinco pies de el otro, sin mirarse. Vieron el gran castillo negro con detalles morados que se alzaba.

Rualik se transformó. Ya no era la hermana, amiga y pareja que conocían. Caminó con la frente en alto, la sonrisa de suficiencia en sus rellenos y rojos labios era hermosa. La forma en la que sus alas la hacían verse imponente causó algo en Azriel, pero lo escondió. Ni un simple gesto.

Ambos despegaron al cielo, llegando a lo alto del lugar, a las puertas del castillo, donde la gente se encontraba mirando y comprando en la tiendas cercanas.

Una niña rubia vió la gran sombra que la ocultó del sol caliente, volteó y la vió. El grito se escuchó en todo el lugar.

La reina aterrizó con un fuerte temblor, la sonrisa se ensanchó con maldad al ver el miedo en la cara de las personas. La corona morada brilló en su cabeza y no necesitaron más.

Todos cayeron de rodillas, ante ella. Por ella.

Rua caminó con pasos seguros hasta los guardias que custodiaban el castillo. Ellos también estaban de rodillas al igual que todos, sin moverse o respirar. Azriel la siguió sin permitir que su cara mostrara el desconcierto y sorpresa que sentía, trató de calmar su corazón que latía alocado.

Llegaron a las grandes y altas puertas negras del lugar, donde Rualik paró. Volteó su cabeza un poco, viendo a la gente que seguía de rodillas. Sonrió burlona y giró su cabeza hacia adelante.

Dos destellos de magia morada golpearon las puertas, abriendolas con un estruendo de par en par. El rey, levantó la cabeza con una sonrisa bailando en sus labios. El poder oscuro flotaba en el aire, asfixiandolos.

Los ojos grises, luciendo como tormentas, miraron los morados. El cabello rubio y largo del rey hicieron que sus rasgos se vieran más afilados de lo que eran en realidad. Sentado en su trono, con una corona negra y una pose relajada y arrogante, él habló:

- Mi reina- de gustó las palabras, con satisfacción y adoración - Veo que aún disfrutas causar problemas con tu llegada.

Rualik sonrió, caminando a su encuentro con Hellas, que ya caminaba hacia ella.

UNA CORTE DE PODER Y SOMBRAS || AZRIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora