Capitulo treinta y tres

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La casa en silencio debido a las altas horas de la madrugada. Las 03:56 era la que hora que marcaba el enorme reloj moderno que había en la cocina. Apenas entraba escasa luz de las farolas de la calle aportando pequeños hilos anaranjados que traspasaban las ventanas dejándose caer por algunos muebles y posándose sobre el suelo.

A la misma vez en la cocina, la fuerte luz se esparcía por todo el habitáculo. Donde Maya se encontraba ingiriendo un vaso de leche con galletas. Solo se escuchaba el crack cuando con sus delicadas manos partían las galletas y un pequeño y casi inaudible plup cuando las dejaba caer en la leche. Además, del sonido que emitían sus mordiscos.

— ¡Joder Maya! —Karchez entró a la cocina alarmado— Estas aquí

— Tenía mucha hambre —Maya habló justo después de tragar

— Me he asustado cuando me he despertado y no te he visto. Pensaba que estabas vomitando o que te habías mareado en el baño. —Karchez se acercó a dejar un beso sobre su coronilla para después sentarse en el taburete de al lado y arrebatarle unas cuantas galletas.

— Me ha entrado hambre, llevo varios días sin comer —Maya le sonrió débilmente y el asintió masticando una galleta

— ¿Te encuentras mejor?

— Sí, creo que será una simple gastroenteritis, como dijo el médico

— ¿Y los mareos?

— Bueno, ya me hice ayer los análisis será alguna vitamina baja o algo de eso —Maya juntó sus labios mirando dulce a Karchez— Además, tengo cita con el médico en cuatro días

— ¿Seguro que no es un embarazo? —Karchez miró preocupado a Maya quien intentó no reír ante el gesto de su pareja

— Seguro que no —Maya trató se sonar convincente— Sería imposible

— Hombre a ver imposible no es —Karchez se pasó las manos por su pelo nervioso y Maya alcanzó su mano en la bajada para que se tranquilizase

— Nos cuidamos —Le recordó la castaña y el bufó indeciso— Siempre nos cuidamos

— Pero...

— Además —Maya lo cortó evitando que siguiese— Ahora mismo estoy con mi menstruación

— ¿Si?

— Si, así que igual ha sido un cúmulo de cosas pero ya me encuentro mejor —Maya le sonrió— La medicación me esta viniendo bien

— Supongo que que te entré hambre es una buena noticia —Karchez se encogió de hombros inclinándose hacía ella para dejar un suave beso en sus labios

— Sí —Maya lo recibió gustosa— Recuérdame lo bien que se siente comer cuando me quede sin hambre

— Lo haré encantado

_____

— ¡Es genial verte así de bien! —Susana se lanzó a los brazos de Maya al verla entrar junto a su hermano

— Gracias, yo también me alegro de verte —Maya correspondió el abrazo de su cuñada

Desde que Maya y Karchez se habían ido a vivir juntos, Susana y Maya habían entablado una buena relación.

— ¿Qué tal querida? —Silvia abrazó a Maya— Ya me dijo Carlos que habías estado indispuesta

— Si ha sido una gastroenteritis —Maya retorció sus labios en una mueca molesta para mirar a Silvia.— Pero ya me encuentro mucho mejor

— ¿Has ido al médico? —Silvia regañó con tono de madre. Ese tono reprochador que solo saben poner las madres.

— Iré dentro de cuatro días, tengo cita para que me de los resultados de los análisis —Silvia soltó un suspiro tranquilo. Aquello hizo sentir bien a Maya.

Eres todo lo que esta bien [Karchez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora