Inicio de cero

2.- Aroma

Shi QingXuan tenía poco tiempo de haber ascendido. 

Había sido todo de lo más accidental. Él estaba tranquilo y feliz junto a sus amigos vagabundos cuando a alguien le pareció divertido prenderle fuego al refugio donde se encontraban. Shi QingXuan se las arregló para sacar a todos del lugar a pesar de sus heridas pero en el último instante no pudo salir, el fuego lo rodeó y justo antes de que la muerte lo alcanzara de una forma horrible… se encontraba en el cielo. 

Volvía a ser el Señor del Viento.

Tanto Xiè Lian como YuShi Huang lo convencieron de que no declinara, ya que de ese modo le sería más fácil ayudar a sus amigos y su culto comenzó a establecerse entre los vagabundos antes de retomar, poco a poco, la cantidad de devotos que solía tener en el pasado.

Todo había estado bien hasta que percibió ese aroma a almendras del que había intentado olvidarse, en vano. El temor comenzó a recorrer su cuerpo, una sensación que se acentuó al escuchar su nombre pronunciado por aquella voz desconocida, pero dolorosamente conocida al mismo tiempo.

— QingXuan.

Estoy soñando, debe ser eso

Aún así, el dios volteó hacia la persona, hacia el dueño de aquel aroma que lo embriagaba a niveles alarmantes y que pertenecía a su persona destinada y a la vez a quien le había hecho daño.

— He Xuan.

Ambos se miraron a los ojos durante un tiempo, pensando en qué hacer en ese momento que se volvían a encontrar el uno al otro. 

Entonces, Shi QingXuan dio media vuelta y se echó a correr.