23.- Ojos de cachorro

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El mes había pasado volando. El estado de Shi QingXuan era delicado debido al susto que pasó y el estrés al que estuvo sujeto durante ese breve periodo de miedo, por lo que recibió la orden de mantener reposo.

Sin embargo, estaba aburrido. He Xuan había salido para hacerse cargo de sus plegarias mientras estaba indispuesto así que estaba solo, y pensó en arreglar un poco la habitación para distraerse un poco, con tan mala suerte que cayó al suelo mientras intentaba cambiar las cortinas y se fracturó el brazo que se había roto después de su caída del cielo. Ah, no importaba, de hecho le extrañó que se tardará tanto en fracturarse de nuevo, dado que en su tiempo como mortal se fracturaba continuamente pese a los intentos de sus amigos de curarlo, así que lo dejó fracturado. Era algo a lo que estaba acostumbrado así que lo dejó pasar y siguió con lo suyo, una tonta cortina no lo iba a vencer.

Entonces sintió algo presionando su otro brazo y sintió un escalofrío. Luego se dio cuenta de que era un pequeño Arowana así que se calmó.

— ¿Qué haces aquí, amiguito?— preguntó extendiendo la mano sana hacia él con la palma extendida.

El pez hueso apoyó su cabeza en la palma ofrecida antes de nadar a su alrededor alegremente, centrándose en su brazo herido.

— Espera, no hagas eso— dijo el dios—. Vas a alertar a tu maestro...

— Muy tarde— dijo He Xuan entrando al cuarto—. ¿Que estás haciendo fuera de la cama?

— Me aburrí.

He Xuan negó con la cabeza. Su semblante relajado se disipó al ver el brazo herido de Shi QingXuan colgando inerte a su costado y ordenó:

— A la cama, ahora. Ya vuelvo.

Y sin esperar más salió de la habitación. Shi QingXuan volvió a acostarse y al cabo de un rato He Xuan regresó con una caja en las manos, sentándose en la cama junto a su pareja con la mirada fija en el brazo roto.

— Es probable que esto duela— advirtió.

— Ah, déjalo así— dijo Shi QingXuan—. Siempre se rompe, ya me acostumbré.

He Xuan no dijo nada, solo sujetó el brazo roto y comenzó a acomodarlo con cuidado, usando dos tablillas de madera para mantenerlo fijo y de la caja sacó un vendaje, con el que envolvió la herida mientras susurraba una retahíla de palabras que Shi QingXuan no comprendió.

— ¿Qué haces?— preguntó el dios.

— Yo maldije estas heridas— respondió el rey fantasma—. Por lo tanto, solo yo puedo retirar la maldición.

Eso explicaba muchas cosas. Shi QingXuan se mantuvo en silencio mientras He Xuan terminaba de curarlo y cuando su brazo estuvo completamente vendado se relajó.

— He-xiong, quédate conmigo— pidió.

— No puedo, aun tengo que...

Las palabras "atender asuntos pendientes" se quedaron atoradas en la garganta de He Xuan al ver los ojos de cachorro de Shi QingXuan. Había pasado relativamente poco tiempo desde su intento de secuestro, por lo que aún sentía algo de temor, sumando a eso que el embarazo lo ponía más sensible de lo normal y el sentimiento de estar en peligro seguía latente; aún en el espacio seguro de su hogar. Si esa gente había atacado a un dios sin temor, ¿qué les impedía ir a la casa de un rey fantasma a causar problemas?

— Está bien.

He Xuan se recostó en la cama junto a Shi QingXuan, que apoyó la cabeza en su pecho con un ronroneo, y el rey fantasma abrazó al dios dejando un beso en su cabeza, acariciando sus cabellos lentamente.


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Historia random sin contexto que este capítulo me hizo recordar: mi compañera de trabajo también lee fics y también le entra al danmei. Entonces un día random platicando con el jefe salió el tema de los fics y del omegaverse y blablablá, en medio del asunto me dice mi compañera que yo también escribía esas madres y yo de "sí, pero no" (porque hay cosas que no escribiría ni aunque me pagarán por ello), y de repente le dije: "pero yo no he escrito de embarazos masculinos"

Bueno, oficialmente acabo de incursionar en un nuevo tema de escritura, jajajajajajaja

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