[LJN] + Cosas Sobre Mi

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Wonwoo salió de su habitación por la noche. En parte porque no podía seguir escondiéndose, y en parte porque estaba decidido a demostrar que lo que había sucedido era algo excepcional. Un hecho único muy desafortunado y nada más. El hecho de que se hubiera excitado en presencia de su hermano no significaba que su hermano fuera la causa. Wonwoo lo demostraría. Demostraría que no lo era, que no era un degenerado.

"Su hermano está en el gimnasio, señor Wonwoo", le dijo una criada cuando preguntó.

Su hermano.

Hermano.

Tragando otra oleada de náuseas, Wonwoo le dio las gracias distraídamente y se dirigió al gimnasio. Vería a Dongyul y no sentiría nada. Nada más que lo que una persona normal sentiría por un hermano.

Wonwoo entró al gimnasio y se detuvo abruptamente.

Dongyul no lo notó, estaba demasiado ocupado golpeando un saco de boxeo. Llevaba solo un par de pantalones holgados de gimnasio. Y nada más.

Wonwoo se humedeció los labios, sus ojos trazaron impotentes las líneas musculares de la fuerte espalda de Dongyul. Brillaba por la transpiración, resaltando cada músculo individualmente, gotas de sudor corrían por su columna vertebral. El cabello castaño oscuro en la nuca de Dongyul, también húmedo por el sudor. Dongyul golpeó la bolsa con fuerza, una y otra vez, flexionando sus bíceps y haciendo resaltar las venas de sus fuertes antebrazos. Exudaba agresividad masculina y fuerza cruda y letal.

Wonwoo tragó saliva con dificultad, el calor le subió a la entrepierna.

Mierda.

Wonwoo dio un paso atrás.

Pero fue demasiado tarde.

Como si lo sintiera, Dongyul giró la cabeza, jadeando, su mano enguantada descansando sobre la bolsa, su grueso bíceps abultado. Esos ojos enmarcados por pestañas oscuras le abrieron un agujero, llenos de frustración.

Algo goteó por la parte interna del muslo de Wonwoo, su entrepierna estaba tan dura que dolía.

Las fosas nasales de Dongyul se ensancharon.

Seguramente... seguramente no podía oler su excitación desde el otro lado de la habitación, ¿verdad?

Sin dejar de mirar a Wonwoo, Dongyul se quitó los guantes. Dejándolos caer al suelo, se dirigió hacia él.

Wonwoo debería haberse ido. Debería haber corrido.

No lo hizo.

Se quedó quieto, como un idiota, mientras la evidencia incriminatoria de su enfermedad le resbalaba por la pierna. Si Dongyul no hubiera olido eso al otro lado de la habitación, seguramente ahora lo haría.