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Viajaron a Hong con la madre y la hermana de Joshua.

El viaje en helicóptero duró media hora, y Jeonghan se la pasó conociendo a los familiares de su marido mientras éste miraba por la ventana, sin aportar casi nada a la conversación.

Al menos, a diferencia de algunas personas, sus parientes parecían bastante amables.

La madre de Joshua, Hong Yoori, era beta. Debía de estar cerca de los sesenta, pero aún se veía hermosa, su rostro apenas arrugado.

Hong Yoobin era excepcionalmente bonita, con su olor a omega dulce e inofensivo. Tenía veintiún años, sus ojos eran demasiado parecidos a los de su hermano mayor. Aparentemente también tenía otro hermano, un macho alfa cuatro años mayor que ella.

"Hansol regresará a casa pronto", le dijo Yoobin emocionada. "Ahora que la guerra ha terminado, su despliegue terminará". Sus ojos brillaban de alegría. "Yo lo extraño mucho."

"Todos lo hacemos, querida", dijo Yoori, lanzándole a su hijo mayor una mirada que Jeonghan no pudo Leer. "Nunca debería haberse ido".

La mandíbula de Joshua estaba tensa. Él no dijo nada.

Jeonghan se preguntó acerca de la extraña tensión entre la madre y el hijo, pero no preguntó. Apenas conocía a esta gente.

Por fin llegaron.

Jeonghan salió del helicóptero y observó la hermosa mansión. Era más pequeña que el palacio de su padre, pero no mucho. No era tan alta, pero era más extensa.

"Bienvenido a Hong, Jeonghan", dijo Yoori

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"Bienvenido a Hong, Jeonghan", dijo Yoori. "Tu nuevo hogar".

Jeonghan le dedicó una leve sonrisa. Dudaba que se quedara aquí el tiempo suficiente para empezar a pensar en este lugar como un hogar.

Inclinó la cabeza hacia un lado cuando notó que alguien estaba parado en los escalones que conducían a la puerta principal.

A medida que se acercaban, se hizo obvio que la persona era un omega masculino. Debía de tener más o menos la edad de Jeonghan, tal vez mayor, pero olía a que aún no había sido reclamado, lo cual era inusual para un omega mayor de treinta, especialmente uno que era tan hermoso. Y realmente lo era. Cabello castaño y ondulado, grandes ojos, una cara muy hermosa con una delicada estructura ósea y una piel perfecta, con un cuerpo delgado y en forma con curvas en todos los lugares correctos: este hombre parecía un omega perfecto.

"¡Seungkwan!" Dijo Yoobin, agarrando la mano del omega e inclinándose para besar su mejilla. Permíteme que te presente a-"

"Yoobin" dijo Yoori con brusquedad. "Es costumbre que el hombre de la casa presente él mismo a su esposo".

Yoobin se sonrojó y miró a su hermano en tono de disculpa.

Joshua no parecía que le importara de una forma u otra.

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