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Es posible que el teléfono de Jeonghan estuviera apagado, pero desafortunadamente, su padre aún podía enviarle correos electrónicos, y Jeonghan aparentemente era lo suficientemente masoquista como para leerlos

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Es posible que el teléfono de Jeonghan estuviera apagado, pero desafortunadamente, su padre aún podía enviarle correos electrónicos, y Jeonghan aparentemente era lo suficientemente masoquista como para leerlos.

Por supuesto, su padre también consideró escribir correos electrónicos indignos de él, por lo que todos sus mensajes eran cortos y concisos.

Nunca me había sentido tan avergonzado de tener un hijo.

Enciende tu teléfono, Jeonghan.

No me obligues a ir a Kadar y traerte a casa como un mocoso insolente.

Y el favorito de Jeonghan,

Tu hermano debe haber estado revolcándose en su tumba. Me alegro de que no esté vivo para ver esto. Nunca habría dejado que un kadariano lo convirtiera en su perra.

Jeonghan todavía temblaba de ira mientras arrojaba su tableta al sofá. Apretando su mano en un puño, caminó hacia la puerta principal. Aire. Necesitaba un poco de aire fresco para aclarar su mente y calmarse.

Que se joda su padre. Que se joda.

Pero no estaba equivocado, ¿verdad? dijo una voz sarcástica en el fondo de su mente. Te comportas un poco mejor que una perra cuando estás cerca de Joshua.

No, él no lo hace.

¿No te arrodillaste y le chupaste la polla dentro de un puto armario? ¿Mientras tu cuñado estaba afuera de ese armario? Estabas rogando por eso. Por la verga de otro alfa.

Sintiendo su rostro en llamas, Jeonghan salió furioso de la casa.

Tu padre tiene razón. Por eso estás realmente enojado. Estás ignorando a tu rey, porque tienes miedo de hablar con él y enfrentar en lo que te has convertido. Esa es la verdad, no importa cómo intentes negarlo.

"Cállate", murmuró Jeonghan.

"¿Hablas contigo mismo ahora?"

Jeonghan frunció el ceño y caminó más rápido. "No estoy de humor, Seungcheol."

"Puedo ver eso", dijo Seungcheol, caminando a su lado.

A Jeonghan le molestaba la facilidad con que lo seguía. Podría haber estado en la mejor forma física, pero los alfas Xeus tenían ventajas con las que nacieron y que hacían imposible que Jeonghan se deshiciera de él a menos que Seungcheol se rindiera.

"¿Hay fuego en alguna parte?" Seungcheol dijo, su voz llena de diversión.

Jeonghan suspiró. "¿Qué quieres, Cheol?"

"Te acabo de traer una ofrenda de paz", dijo su primo. "Así finalmente dejaras de enfurruñarte por lo que dije".

"No estoy de mal humor".

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