[LJN] + Cosas Sobre Mi

🛸16✨

Aunque el teléfono de Jeonghan permaneció apagado, su padre envió al tío Yurev a buscarlo. Todos los días.

Hasta ahora, Jeonghan había logrado evitar a su tío al estar fuera la mayor parte del día. A veces daba largos paseos con Yoobin, aprendiendo sobre sus tierras y conociéndola mejor. Aunque era nueve años menor que él, era fácil hablar con ella, cuando no se burlaba de él a causa de Joshua.

"¡No me toques!" dijo, riendo, cuando Jeonghan le ofreció una mano para ayudarla a saltar sobre un arroyo. "Mi más querido hermano me morderá la cabeza si huelo demasiado a ti".

"Estás exagerando."

Yoobin puso los ojos en blanco. "Lo desearía. ¿No has notado que a Joshua no le gusta ver omegas a tu alrededor? Ser su hermana no parece importarle mucho. Se pone de mal humor y gruñe cuando te huele en mí". Ella sonrió. "Aunque no sé cómo puede olerme cuando tú apenas hueles como tú".

Jeonghan se metió las manos en los bolsillos, sintiéndose un poco acalorado. Sabía que olía abrumadoramente a Joshua, con todo el tiempo que Joshua pasó marcándolo y olfateándolo, era inevitable. A Jeonghan... no le importaba exactamente. De hecho, obtuvo una cantidad embarazosa de placer al llevarse la mano a la cara y oler a su marido en su piel. Le hizo sentirse bien. Caliente. Aturdido por dentro.

"Estoy tan contenta de que Joshua y tú se lleven tan bien", dijo Yoobin, sacándolo de sus pensamientos. "Eres bueno para él. Solía ​​ser demasiado serio, todo en él se trataba de negocios y política y no se divertía, ¡pero ahora llega a casa a tiempo para la cena en lugar de trabajar hasta morir!"

Jeonghan se aclaró la garganta. "Me alegro de que también nos llevemos bien".

Se llevaban bien. Eso era en realidad un eufemismo. Cuando aceptó este matrimonio arreglado, esperaba simplemente tolerar a su cónyuge, no anhelar su compañía.

Pero lo anhelaba, lo hacía.

Si era honesto consigo mismo, por eso a menudo terminaba deteniéndose al azar en el trabajo de Joshua y llevándolo a almorzar. Bueno, lo llamaron almuerzo, pero en realidad fue solo una hora en que Joshua le marcó el cuello con moretones y mordeduras y bombeó sus feromonas como loco hasta que Jeonghan olió lo suficiente como suyo. Como a parte de sus pertenencias. A suyo.