Capítulo diecisiete: "Siamo in Italia!"

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El veinticuatro de diciembre fue un día que Frigdiano recordaría toda la vida. Estaba más nervioso que nunca, llevaba la maleta cargada de ilusiones y una imborrable sonrisa dibujada en los labios. Recordaba que el dos días antes, el veintidós de diciembre, obligara Damiano a ver durante toda la mañana el sorteo de la lotería mientras repetía con burla "Mille euro!" en casa número que salía, quiso aprenderse también los millones que tocaron pero tenía claro que los números no eran su punto fuerte.

Viajarían a Italia para pasar allí las fiestas navideñas, Damiano ya le había hablado de sus tradiciones y Frigdiano había quedado impresionado ante todas las cosas que se hacían.

Celebraban el 24, 25 y 26. La Vigilia di Natale que un día muy importante para las tradiciones navideñas en Italia. El «All I want for Christmas is you» de Mariah Carey suena en todos los rincones, los regalos de Navidad están bajo el árbol y se descorcha el champán.  En muchos lugares del norte de Italia se montan pequeños puestos en los que es posible comprar "vin brulè", ese riquísimo y calentito vino especiado del que Damiano tanto había hablado. La Navidad es cuando la comida abunda, se pasa tiempo con la familia y se termina la noche jugando a algún juego de mesa o a las cartas. El día 26 de diciembre es el día de Santo Stefano y muchas familias aprovechan que es un día festivo en el país para volver a juntarse. Algunas vuelven a celebrar una gran comida en compañía, en la que se comparten nuevos momentos únicos y se realizan juegos.

Babbo Natale es una de las figuras más extendidas del país. Conocido en España como Papá Noel.

Quizá en España hubiera costumbres en fin de año, como comer uvas en las campanadas y hacer la cuenta atrás (a veces debajo de la mesa) o llevar ropa interior roja para tener suerte en el amor, brindar con champán y salir a ver los fuegos artificiales. Las tradiciones navideñas en Italia para despedir el año eran las mismas, pero también se agrega una más: Lentejas para atraer la buena suerte, el cotechino o zampone sobre la media noche es un must, y, ¡siempre acompañado de lentejas! Según la tradición esta legumbre llama a la buena suerte y es símbolo de abundancia.

Lo que más le sorprendió fue que no existiera la figura de los reyes magos, en su lugar estaba La befana, una bruja que los niños adoraban. El día de la Epifanía, es decir el 6 de enero, deja regalos a los niños. Podríamos decir que es el personaje más extendido y por tanto una de las tradiciones navideñas en Italia más difundidas. Aunque en el Norte y en otras regiones del país, no deja regalos sino caramelos y chucherías.

—Tengo hambre —Se quejó mirando por la ventanilla del avión—. Háblame de que comeremos en la cena, ya sabes, comidas típicas y eso.

Damiano chasqueó su lengua, era bastante masoquista que teniendo hambre se pusiera a hablar de delicias italianas.

—El zampone, se trata de un producto realizado a base de carne de cerdo con un envoltorio que se asemeja a las manitas de cerdo. Se cuece en agua hirviendo y se sirve, normalmente, en las cenas de Navidad —explicó, conociendo a su madre era más que obvio que iban a comerlo esa misma noche—. Tortellini in brodo, es pasta rellena que flota en sabroso caldo —se relamió los labios de sólo imaginárselo—. Seguro que ya has probado el panettone, lo venden mucho en los supermercados... Si lo juntas Nutella y mascarpone es de otro mundo.

—Mejor no me sigas hablando —hizo un puchero al sentir sus tripas rugir, el italiano se carcajeó de ello y le tendió las galletas que había comprado hacía poco—. Después voy a dormir la siesta, como buen español que soy.

—Deberías de hacerlo, muñeco, aunque solo son dos horitas. Prometo despertarte cuando lleguemos.

Él comió con tranquilidad para después ponerse a dormir sobre el hombro del italiano, quien cumplió su promesa de despertarlo dos horas después cuando el avión estaba aterrizando en tierra italiana. Fueron de los últimos en salir, el pelinegro tenía el sueño pesado y no era fácil de despertar, menos de la siesta.

—Tengo que llamar a mi hermana, prometí hacerlo —sacó su teléfono y no tardó en marcar su número—. ¿Cómo de dice "estamos en Italia" en italiano?

—Siamo in Italia —respondió, encargándose de las maletas de ambos.

—Fiammenta, siamo in Italia! —gritó en cuanto su hermana le cogió la llamada, escuchó su risa después de su buen intento del idioma y empezó a decirle como debía de comportarse, como buena hermana mayor que era—. ¿y cómo se dice que es una pesada...? ¡Ya sé que me has escuchado, esa era la idea!

Sei pesante? —Se encogió de hombros, atento a lo que iban diciendo.

—¿Has escuchado? ¡Pesada! —la conversación duró al menos un par de minutos más—. Que si, yo también te quiero, no te preocupes... ¡No te voy a pasar con él!

—Si que lo hará —respondió él quitándole el teléfono de las manos para llevarlo a una de sus orejas, el pelinegro hizo berrinche pero se lo permitió—. Descuida, lo voy a cuidar como a un muñeco, está en buenas manos... Literalmente.

Se despidió de ella poco después, Fiammenta solo buscaba lo mejor para su hermano, se notaba a lo lejos que se preocupaba por él en todo momento. Eso era digno de admirar.

Al llegar a casa fue Jacopo quien les abrió la puerta pero no les dejó entrar, señaló con la mirada la planta que colgaba en el umbral. Damiano no reclamó, como creía que haría. Tomó el rostro de Frigdiano con sus manos y lo besó como le gustaba. Según la tradición el beso bajo el muérdago en Navidad debe producirse colgando la planta en el umbral de una puerta en Nochebuena. La persona besada encontrará el amor y, si ya no tiene, lo conservará.

—Mañana será el día que yo ordene a ti "baciami" en este mismo lugar —susurró Frigdiano sobre sus labios.

—No necesito que lo ordenes, créeme que lo haré con mucho gusto.

—¿Quien sabe? Quizá soy el amor de tu vida.

—Quítale el quizá y vuelve a besarme, muñeco.

BaciamiWhere stories live. Discover now