Capítulo 71

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Esa misma tarde, pero bastante alejado de esos 4 chicos 2 situaciones se vivan, la primer involucraba a Jamie.

Necesitaba huir, necesitaba alejarse de todo, iniciar de cero, eso era lo que quería y se intentaba convencer de que era la mejor solución, pero a medida que solo estaba sentada en ese motel de mala muerte en el que estaba escondida, observando las tijeras y el tinte oscuro para su cabello el enojo se apoderaba de ella también.

— Jimin me pertenece, él debe seguirme aunque no quiera—. Hablo a su reflejo. — Es la regla—.

Jamie comprendió la situación de su salud desde muy pequeña, nunca se le permitió jugar como a los otros niños, solía agitarse siempre que lo hacía, por lo que a veces unas horas de juego se convertían en días en cama sintiéndose adolorida.

Había crecido completamente sola, su madre era la única compañía que tenía, pues su padre estaba siempre trabajando; amigos no tenía a causa de que los niños no comprendieron rápidamente porque ella no disfrutaba de jugar con ellos y creían que solo les caía mal y cuando lo entendieron Jamie igual no busco ser cercana.

Jamie odiaba comentar su situación, pero a medida que los años se sumaron fue imposible que esa verdad no saliese a flote. Ella encontró molesto el que otras personas comprendieran que estaba enferma, aun así para la edad de 7 años ya todos sus compañeros comprendía que ciertas cosas le hacían daño y ellos trataban de ser amables y comprensibles a esa corta edad, pero siendo una niña criada entre el egoísmo, la avaricia y pobre valores, ella no veía eso de buena manera, aun así, a esa dulce edad su madre le hablo de una salvación.

Jamie recordaba la primera vez que vio a Jimin, era solo un bebé, estaba en una especie de caja trasparente, se veía pequeño, fue su padre quien la llevo a esa parte del hospital.

Jamie también recordaba como había contado eso a una de sus compañeras de la escuela y la niña le había asegurado que era su hermanito, ella no quería un hermano, por lo que regreso a casa llorando ese día, buscando a su madre por toda la casa hasta encontrarla frente al espejo.

— Mamá—. Fue la forma en la que llamo a la mujer aquella vez. — ¿Por qué tuvieron otro hijo? ¿Es porque estoy enferma? —. La mujer no giro sino que la vio por el reflejo.

Por supuesto que era hermosa, pero si la belleza física se le restaba no tenía nada más, era una mujer podrida por dentro, sin nada que ofrecerle al mundo más que unos grandes ojos y esbeltos labios que solían brillar a causa del maquillaje que le agregaba.

— Cariño, ese niño no está para remplazarte, esta para ayudarte—. Le dijo a la pequeña que obviamente no comprendió las palabras de su madre, pero fue en ese momento en que la mujer giro para verle directamente a los ojos.

— Ese niño morirá por ti, porque es mi gran muestra de amor hacia a ti—. Hablo levantándose de su silla. — Ese niño va a salvarte en el futuro, porque te amo y porque te pertenece—.

— ¿Me pertenece?—. Pregunto la niña y la madre simplemente acaricio su cabello, dándole la afirmación silenciosa.

Si, Jamie fue puesta en advertencia de que no debía de comentar con nadie sobre aquel niño, no podía decir que tenía un hermano, por supuesto que ello le extrañaba, pero no quería represaría alguna de sus padres, así que fue obediente al callar sobre ello, acato la orden que sentencio a ese niño durante tantos años.

No hacía que quitar para nada peso de responsabilidad en ella, pero por supuesto que fue su madre la que puso en su mente que aquel niño le pertenecía y poco a poco todo escalo a ámbitos más retorcidos.

Fue a sus 15 años, cuando una de sus amigas comenzó a salir con un niño de su aula que todo cambio. Si, su amiga solo tenía 15 años, pero era una relación dulce e inocente, a Jamie le parecían molestos, pero lucían como las personas en los dramas y la curiosidad creció un poco en ella.

Nacido para donar (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora