CAPÍTULO FINAL

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Para Jimin nunca hubo tranquilidad en su mente, pero continuo con su vida o eso quiso hacer creer, al principio fue difícil, comer, despertar e incluso hasta dormir era una tortura, aunque se refugió en su hijo y si, quizás sabía que tal vez Yoongi hubiese deseado que cumpliera su sueño en el baile, eso nunca sucedió.

Jimin había perdido la línea de su vida y se sentía miserable por estar dejando de lado a todo mundo, pero algo dentro suyo no funcionaba.

Jimin lo intento, el primer año fingió fuerza por el pequeño niño a su lado, incluso fue por este, por su abuelo y hasta por Rose que lucho por quedarse, pero no lo logro.

Busco ayuda profesional, los medicamentos, aunque aturdido le ataron al mundo en el que encontraba alegrías y tristezas, pero no logro huir del hueco en que había caído. Sinceramente daba pena verlo, pero el joven se esforzó, realmente lo intento, quiso rehacer su vida, pero, cuando la ausencia de Yoongi marcaria 2 años solamente todo empeoro. Durante ese tiempo el rostro de Jimin había perdido grasa, el brillo de sus ojos se había extinguido y su salud decayó.

Claro que su familia y allegados se preocupaban por su perdida peso y aspecto deteriorado, pero Jimin no dejaba que le ayudaran, solo pedía que le mantuvieran la mente ocupada y con el pasar de los meses logro engañar a todos cuando dejo de estar siempre en cama, para su abuelo eso era un inicio de mejora, pero no era así, Jimin jamás dejo de estar mal.

Fue hasta diciembre, mientras observaba a su familia abrir los regalos y sonreír que un dolor que se había hecho recurrente en su pecho le arruino las fiestas. Jimin termino siendo hospitalizado de urgencias esa noche.

La ambulancia llego, su abuelo, su hijo y su buena amiga se veían en caos sin entender que le sucedía y se sintió miserable por verlos sufrir así.

— Perdón—. Fue lo que dijo mientras su abuelo y el pequeño niño a quien se negó a soltar iban sosteniéndole de la mano en la ambulancia.

— Lo intente, de verdad Dakho, intente quedarme, te amo inmensamente—. Era casi como un susurro, estaba débil y ya no podía fingir una vitalidad que no tenía.

— No es tu culpa papá, te amo mucho—. El niño le miro con esas enormes esferas oscuras brillar, si bien, dolía, podía notar como para Jimin era una tortura seguir y aunque no comprendía muy bien, sabia que le amaba, que el amor que le tuvo fue la única razón para que continuara, pero que con la muerte de Yoongi una parte fundamental de Jimin se había marchado y esa noche lo confirmo.

— Perdóname—. Repitió una y otra vez Jimin hasta que sus ojos se cerraron y el niño sabía que no debía de estar presenciando la escena de ese paramédico reanimándolo, pero no aparto sus ojos, suplicando una única cosa.

Dakho no deseaba que su padre viviera por más que no se sentía preparado para estar sin él, solo deseaba que Jimin fuese feliz, al menos una vez sin importar que rogó por que aquel joven tuviese una segunda oportunidad, una donde conociera el amor de todas las formas, donde pudiese amar y ser amado.

....

No, Jimin recordaba muy bien lo sucedido y cuando sus ojos se abrieron, se sentía cansado, pero no tuvo tiempo de analizar su situación, pues frente suyo un rostro que no veía hace mucho estaba. La mujer le miro con tranquilidad y alegría al verle despertar.

— Señora Min—. Dijo con dificultad, pues incluso necesitaba de máquinas para respirar.

— Tu hijo me llamo—. Dijo la mujer y Jimin seguía sin entender. —Supongo que quiere que descansemos bien—.

— ¿Por qué no le dijiste a nadie? —. Jimin dibujo la mueca de dolor, era evidente que ya lo sabrían todos.

Su salud había empeorado poco a poco hasta pender de un hilo, por quien habían luchado, por quien lo habían puesto en ese plano comenzó a fallar, la vida dio irónicamente un golpe, un corazón roto se lo estaba llevado, su cuerpo estaba fallando y él nunca lo atendió.

Nacido para donar (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora