1. Primer pensamiento suicida del curso

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Malía

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Malía.

Malía Landford, un nombre poco común de dónde yo vengo, pero supongo que todo en mí es poco común. Eso lo sabía desde siempre, pero hace menos de un mes lo demostré por fin.

Ahora estoy aquí, en el internado RoseMary, un verdadero castillo del siglo dieciocho que, tras sus muros, oculta a un centenar de seres sobrenaturales, o como yo prefiero llamarlos, monstruos.

Principio de curso en un nuevo colegio, con monstruos... Me siento como en Monster High, pero por las miradas asesinas que se echan entre ellos supongo que el lema aquí no es "Sé único, sé tú mismo. "

No puedo evitar pensar si aún estoy a tiempo de coger mis cosas y volverme a Montana y aguantar las miradas de miedo y asco de mis antiguos compañeros.

Me acerco a la entrada intentando evitar todo tipo de contacto físico y visual.

Miro el correo que me mandaron desde este internado, me dan las indicaciones que debo seguir.

Primero deberás reunirte con la directora en su despacho, segunda planta, sala este, puerta al final del pasillo.

-Guay.

Sigo las indicaciones al pie de la letra, pero es imposible no quedarse embobada al entrar en el castillo.

Techo alto, dos escaleras paralelas que deja ver el pasillo en forma de U que para al llegar a la pared de la puerta principal. Paredes y suelo de piedra, al igual que las magníficas columnas.

Entre las dos escaleras se puede ver un pasillo que se adentra en las entrañas del castillo. De la lámpara cuelgan telas de colores verdes, plateadas y negras, los colores del escudo.

Las alfombras también son verdes, hay plantas, sofás que hacen de zona común y alguna máquina expendedora.

En una de las barandillas del pasillo del segundo piso hay una pancarta que pone: "Bienvenidos al RoseMary! "

Camino entre los estudiantes, mirándoles de reojo, algunos presumen de sus músculos frente a las chicas, otros hablan y otros se limitan a escuchar a los que hablan. Dentro de lo que cabe parecen normales.

Algunos me devuelven la mirada, algunos curiosos, otros se limitan a ignorarme, tampoco pueden faltar los que me miran mal.

Paso de todos y sigo mi camino intentando no perderme.

Encuentro la doble puerta de madera de roble tallado que da al despacho de la directora. Puedo distinguir a una bruja clásica de sombrero puntiagudo y túnica detrás de un caldero, con las manos levantadas como si estuviese conjurando un hechizo.

-Te gusta? La hice yo. -escucho una voz pausada detrás de mí, me giro viendo a una señora de unos cincuenta años, alta, con el pelo recogido y ropa elegante pero moderna.

-Es muy bonita. -sonrío.

-Malía, cierto?

-Sí, y usted es...?

-Rose, la directora. -nos damos la mano cordialmente. -Entremos. -al volver mis ojos hacia la puerta esta está abierta de par en par, cosa que me deja alucinada, y ella se da cuenta porque llega escuchar su risita. El despacho es enorme, lleno de librería de madera oscura, como todos los muebles. Detrás del escritorio hay una ventana de arco que deja ver el jardín y parte del bosque.

Todo está en tonos verdes oscuros, como sus ojos.

Me siento frente al escritorio dejando la mochila en el suelo. Ella se coloca en su sitio tras la mesa y saca unos papeles. -Necesito que firmes unas cosas.

Me pasa los documentos y un bolígrafo. -Tienes alguna pregunta?

-Qué hago aquí? -pregunto, quiero ir al grano. Leo los papeles antes de firmar nada.

-Eres directa, me gusta. -sonríe. -Como ya sabes, el internado RoseMary es una institución para todo tipo de seres sobrenaturales, y tú eres uno de ellos.

-Y qué soy exactamente? -levanto la vista del papel para verla.

-Quiero que lo descubras por ti misma, contarás con toda la ayuda del profesorado y con la mía si en algún momento tienes dudas. -eso solo me dice que sabe lo mismo que yo, absolutamente nada.

-Bueno es saberlo. -finjo mi mejor sonrisa y acabo de firmar todo. -Supongo que ahora debo conocer a mis compañeras de cuarto y eso, no?

-Sí, toma. -me da un papel de color verde clarito con el horario y un manojo de llaves con el número de la habitación.

Cuando estoy a punto de atravesar la puerta vuelve a hablar. -Non omnia, quae videntur, sed obscura est via veritatis.

-Non omne quod vides partem rei est et non omne quod sentis fictum est.

-Grimorio tomo dos. -sonríe satisfecha. -Te leíste los libros que te mandé.

-No tenía otra cosa que hacer y me picaba la curiosidad.

-Ve. -salgo al pasillo escuchando las puertas cerrarse tras mi espalda.

...

Después de más de quince minutos perdida, subiendo y bajando escaleras intentando encontrar mi maldita habitación por fin veo la puerta.

Madera blanca, puerta de arco con setas talladas en la base y mariposas revoloteando. En el marco de piedra hay una enredadera con flores rosa palo. -Son reales?

Toco una de ellas y el polen cae sobre mi nariz haciéndome estornudar. -Genial... -gruño.

Sacudo la cara y saco las llaves de mi bolsillo. Hay tres, una grande, otra pequeña y otra mediana.

Mi intuición me dice que pruebe con la mediana y es lo que hago. La puerta se abre con un leve chirrido. Me quedo boquiabierta con la inmensidad del lugar.

En el lado izquierdo hay varias maletas sobre la cama y en el suelo, también plantas sobre el escritorio y el baúl de la cama. Hay más enredaderas en la pared donde está pegada la cama, tras el cabecero hay una ventana con vistas al lago y al bosque.

Sin embargo, el lado derecho está vacío, solo están mis dos tristes maletas y la otra mochila de mano. Encima de la cama están las colchas y las sábanas, estas de color verde claro y el resto de color blanco.

No sé si me están tomando el pelo o qué... Mi colchón están encima de tres capas de palés de madera, casi a ras del suelo. Y el hueco en el que está encajada tiene una ventana en vez de pared. -Yo me quiero matar...

-Quién se va a matar? -pregunta una voz femenina desde el baño. Por la puerta de color negro sale una chica de un metro setenta, con un vestido amarillo que le llega por encima de la rodilla con unas Vans blancas, el su pelo castaño es ondulado y le llega por la cintura. Lleva una bandana blanca en el pelo a modo de diadema. En las manos lleva una maceta con una Gardenia.

-Definitivamente me mato...

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Holaa, espero que os guste esta nueva historia!

Habrá un capítulo todos los miércoles sin falta!

Gracias por leer.

<3





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