22. Entra en mi cabeza y dirás que tengo razón

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-Malía, ya no están. -dice Iris. 

-Encuéntralos, podrás con ellos, ve. -ella asiente y se va a buscar a esa gente. -Maddie, noquea a los dragones que Tes está bloqueando. Tessa, ata a esos dos antes de que despierten. -indico a lo que ella les apunta con una mano y una enredaderas cuelgan a las dos Hadas Oscuras de un árbol boca abajo. 

Esto va bien. 

Me he leído todos los informes y documentos que el profesor de filosofía me ha dado sobre las Hidras y todos los libros que existen sobre ellas. Sé lo que puedo llegar a hacer, pero no sé como conseguirlo. 

-Tessa. -no recibo respuesta. Me giro buscando su larga melena castaña, pero no la veo por ningún lado. 

Una sensación de opresión en el pecho. Algo va mal. 

"Te querían sola, así serías un blanco fácil, por qué no lo pensaste antes? "

Empiezo a escuchar ramas romperse y pasos, miro a mi alrededor buscando el causante, pero se mueve demasiado rápido. 

Jayden. 

Le veo venir hacia mí, pero no puedo reaccionar. 

No me da tiempo a hacerlo. Acabo en el suelo boca arriba sin poder moverme. 

-Cabronazo... -escupo intentando tapar las heridas que me acaba de hacer con sus garras en mi estómago. La sangre comienza a teñir mi camisa de rojo. No sé cuanto tiempo me quedo en esa posición mientras me muero poco a poco. 

Su cara aparece en mi campo de visión tapando la luna que antes me cegaba. Tiene un hilo de sangre bajando por la comisura de sus labios hasta caer en mi mejilla. 

Está asustado y triste, seguro por la herida que tengo y que él mismo ha hecho. 

-Malía... -pasa su mano por mi mejilla limpiando la sangre. Junta nuestras frentes y juega rozando nuestras narices. -Quién te ha hecho esto? 

-Idiota. -lágrimas de rabia caen de mis ojos al suelo. 

Con la poca fuerza que me queda le doy un puñetazo en esa cara tan preciosa que tiene. Pongo mi mano sobre la suya mientras murmuro cosas que ni yo sé de dónde lo he aprendido. Del suelo empieza a salir humo que entra por la boca de Jayden durmiéndolo, como una especie de anestesia. 

-Malía! -escucho la voz de Bryson. -Joder, sabía que no tenías que haber participado. 

-Ya ha acabado? Hemos ganado?

-Sí, pero eso no importa ahora, te estás desangrando. -me coge en brazos y corre para sacarme de ahí. 

...

-Cómo te sientes? -pregunta Tessa pasando su mano por mi pelo mientras yo mantengo mis ojos cerrados para intentar dormir. 

-Cansada.

-Te duele? 

-Sí. -escondo mi cara en la almohada y abro uno de mis ojos viéndola sentada en el borde de la camilla de la enfermería. -Hemos ganado? 

-Sí, Jayden hizo trampas, daño físico mortal. -me arropa hasta el cuello y abre la ventana de la habitación. -Voy a traerte la cena. 

-Cuánto llevo aquí? 

-Un día, pero es por tu seguridad. -asiento y Tessa se va. Vuelvo a cerrar los ojos, tengo sueño y me duele todo el cuerpo. 

Jayden Quest

Me cuelo en la enfermería silenciosamente después de que Tessa se haya ido. 

Por fin lo he recordado toso, su sangre me hizo recordarla a ella. Dios, me siento fatal. 

No sé qué fue lo que la atacó durante el torneo, pero esa cosa me hizo probar su sangre y eso fue lo que me hizo salir del hechizo. Los demás me están evitando, se piensan que fui yo quién la dejó así, pero no. 

Entro en su habitación escuchándola dormir tranquilamente. Me acerco a ella y aparto el pelo de su cara. Tiene cinco heridas de garra profundas en el estómago. Su carita de dolor me parte el corazón, ella no se cura tan rápido como nosotros. 

Agarro su muñeca con cuidado y empiezo a absorber parte de su dolor para que no sufra tanto. Enseguida su expresión se relaja considerablemente.

Me separo del tacto de su piel a pesar de que no quiera y me permito observarla dormir. 

Su respiración pesada se acompasa con la mía. Tengo que encontrar al cabrón que le ha hecho esto. La puerta se abre pero sigo mirándola. -Qué haces aquí? -pregunta Tessa dejando una botella en la mesa. -No te ha servido abrirle el estómago? 

-No fui yo Tessa. 

-Vaya, si te sabes mi nombre. -dice irónica cruzándose de brazos y apoyando su espalda en la pared al otro lado de la cama. -Cómo pretendes que te crea? No vas a lograr nada diciéndome esas cosas, y menos con ella. 

-No te lo diré, te lo enseñaré. 

-Espera qué? -me acerco a ella y clavo mis garras en su nuca haciendo que vea mis recuerdos de los últimos meses, desde la fiesta, algunas cosas sueltas y lo que vi en el torneo. -Joder... -gruñe al alejarme de ella. 

-Eso es lo único que recuerdo. Todo cuando Malía estaba cerca, nada más. 

-Vale, creo que por una vez voy a darte un voto de confianza. -sus heridas se cierran y un escalofrío la recorre. -Pero no vuelvas a hacer eso. 

-Ella me creerá? 

-No lo sé, ha cambiado, tú la hiciste cambiar. Casi muere Jayden. -la miro asustado. 

-Qué? 

-Corazón Roto, os vio en la fiesta a ti y a Vienna. Solo intenta que no empeore. 

-Cuida de ella. 

-A dónde vas? Se despertará en un rato. 

-A hablar con los demás. 

-Suerte. 

Salgo a los pasillos y corro en busca de alguien, alguien que esté dispuesto a escucharme. 

Alguien me detiene, Vienna. 

-Jayden, cielo, qué pasa? Pareces agitado. -dice agarrando mi mano con cariño. La alejo bruscamente. 

-Tú participaste en esto, verdad? Lo sabías y aún así decidiste seguir haciéndole daño. No te vuelvas a acercar a ella porque te arrancaré las alas pluma por pluma. -amenazo, su cara se descompone de la vergüenza y aparta la mirada. -Patético. 

The Monster I KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora