26. Deshechizado por una lágrima

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Me pongo quinientas capas de ropa para evitar que el frío que cale en los huesos. Ha empezado la temporada de invierno y ahora todo se resume en frío, ropa calentita y nieve próximamente. 

Salgo del castillo hacia el bosque mientras todos están en clase. No sé cuánto tiempo tardaré en llegar al vivero, pero aproximadamente unos veinte o treinta minutos, puede que incluso menos. 

Y, como yo pensaba, tardo veinte minutos en estar frente a un edificio de construcción con semejanzas romanas, columnas jónicas, arcos de medio punto y muchas estatuas antiguas a los alrededores del edificio. 

Son antiguas y están agrietadas y llenas de musgo y plantas. Me acerco a una para ver los detalles. Son tan reales que da hasta miedo, todas parecen querer alejarse del edificio, aterrorizados ante algo. 

Pero solo son estatuas, o al menos eso quiero pensar. 

Me acerco a la puerta del enorme edificio y limpio la gran capa de polvo que cubre los cristales. Abro la puerta sin mucho esfuerzo, parece que nadie ha pasado por aquí en años. 

Al poner un pie dentro me quedo embobada con la majestuosidad del vivero. Lleno de plantas, estatuas, barandillas, columnas y ventanales. 

Los techo son de cristal, algunos están rotos y cubiertos por la salvaje maleza. 

Hay mariposas y mariquitas revoloteando por las plantas. Me acerco a la barandilla que hay entro dos escaleras de unos diez escalones. Dobles alturas por todas partes. Desde donde estoy veo el final de la enorme sale, pero hay puertas a los lados y otra al final. 

Escucho el aleteo de los pequeños pájaros que hay. Siento que podría pasarme aquí el resto de mi vida, esto me produce una paz hipnotizadora. 

Empiezo a explorar todas las salas. 

En el ala este hay una biblioteca con libros antiguos en diversos idiomas. En la oeste hay más plantas, pero en el centro de esta una enorme piscina interior, apostarías lo que fuera a que este agua proviene del lago. Está llena de juncos y flores. Hay peces blancos nadando juntos. 

Esta es la que más me gusta, ya que al entrar ves al otro lado de la sala la estatua de Perséfone llorando, y son sus lágrimas las que llenan y dan vida a la piscina. 

La última puerta lleva al jardín exterior, con miles de árboles llorones a la orilla del lago. Un pequeño embarcadero con un bote me llama la atención. 

Me siento sobre el columbio que cuelga del lado contrario al embarcadero. Al hacerlo escucho la madera crujir por el desuso. Me balanceo con miedo de que la rama se parta y caiga al agua. 

Mis ojos escanean el mágico lugar hasta toparse con un puente de piedra blanca que da a un pequeño templo circular en el centro del lago. Este sigue el mismo estilo que el vivero, columnas y techo abovedado, pero sin paredes.

Quiero cruzar el puente e ir a ese pequeño templo, pero al parecer llevo mucho tiempo aquí y dentro de poco llegará la hora de la comida. 

Por mucho que quiera quedarme, también está la parte de mí que no quiere preocupar a los chicos. 

Al pensar eso inevitablemente Jayden viene a mi cabeza. 

Él también se preocuparía por mí o le daría igual?  

Al salir me vuelvo a fijar en las estatuas, un escalofrío me recorre la espalda, son demasiado realistas. Tanto que da hasta mal rollo. 

...

Entro en la clase de arte, está completamente vacía. Cojo un nuevo lienzo y me pongo en mi sitio. 

Empiezo a pintar con los cascos puestos y la música muy alta. Me he cansado de estar encerrada en mi habitación. Sé que debo descansar, pero no puedo estar más en esas cuatro paredes. 

Jayden Quest

La miro desde el marco de la puerta pintar y menearse levemente, no sabe que estoy detrás. 

Me siento muy orgulloso de ella, ha conseguido mucho en estos meses, me gustaría haber estado para ella. 

Lo que me dijo Chase ayer en la tienda de trajes no se me ha ido de la cabeza en todo el día. 

"-Tío, si la hubieras visto agarrada a una almohada, cansada de tanto llorar y con un ataque de ansiedad apostaría lo que fuera a que te habrías deshechizado. "

Si hubiera visto una sola lágrima caer por sus mejillas hubiera removido cielo y tierra para volver a ser yo, porque cuando la miré en el pasillo volví a ser yo durante unos segundos. 

El hielo de sus ojos era compacto y gélido, más que nunca. Pero se agrietaba poco a poco. 

Quiero acercarme y sentir su abrazo fuerte y sus besos. Quiero sacudir su pelo negro y hacerla reír. Quiero volver a oler su champú de coco y el aroma a libros nuevos. Quiero poder saborearla lentamente. 

Pero para hacer eso necesito que confíe en mí. 

Miro mi móvil, Iris ha conseguido hablar con West, pero no ha dicho nada. 

Tengo otro mensaje de Vienna, quiere que hablemos, quiere explicarme lo que pasó. 

Le respondo que nos veremos ahora en la clase de anatomía de gárgolas. 

Siento que podré sacar algún provecho de todo esto, y que conseguiré información importante. 

The Monster I KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora