XXX.

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Una pequeña cabellera rubia apareció de la nada. Shinichiro liberó un chillido agudo asustando a los otros tres. Emma miró con confusión a su hermano mayor, que llevó su mano a su pecho tratando de recobrar la compostura tras sentir que le daría un infarto.

─¿Te asusté?

Shin sonrió sarcásticamente mirándola de reojo. Seiju cubrió con su mano su boca para evitar carcajearse. La conversación anterior había sido bastante seria y tensa para todos, pero en cuestión de segundos el ambiente se alivianó al cambiar por la pequeña niña.

─¿Y ese vestido? ─interrogó Omi frunciendo su ceño ligeramente. Shinichiro miró a su hermana tras las palabras de su amigo, ahora frunciendo su ceño igualmente.

─¿A dónde vas? ¿Por qué estas tan arreglada?

Wakasa y Seiju intercambiaron una mirada, era algo que ellos no comprenderían al no ser hermanos mayor de niñas, aunque Waka también era un poco receloso con Emma y Senju.

─Iré a una cena lujosa ─contestó sonriente. Su traje era rojo y tenía una voluminosa falda con un listón morado en su cintura, bastante colorido y brillante. También tenía un tono rosado en sus labios por el gloss que Zai le había regalado hace bastante.

─¿Con quién?

─¿En dónde?

─¿Para qué? ─Wakasa se unió a las interrogantes.

La niña los miró con confusión, su vista luego parando en Seiju y sonriendo en grande rodeando la mesa de madera para llegar hasta él. ─¡Seiju-san!

Rió nervioso sintiendo las miradas fulminantes de los tres líderes.

─¡Emma! ¿¡Dónde estás!?

Los cinco voltearon a la puerta que dirigía al jardín, de la cual apareció cierta pelimorada dejándolos a todos con la boca abierta.

─¡Emma! ─la miró con molestia, luego pasando su mirada a los cuatro hombres que la miraban con gran sorpresa ─. ¿¡Qué!?

─Nada ─dijeron al unisón.

La chica se acercó hasta donde se encontraba Emma junto a Seiju, cuando notó la presencia del chico le regaló una sonrisa.

─Oh, no sabía que estabas aquí, Sei.

Volvió a reír nervioso sintiendo las miradas de molestia quemarlo con intensidad. Lys tomó la mano de Emma para evitar que volviera a escaparse.

─Lo lamento, Lys-nee, solo quería que mi hermano viera mi vestido ─se disculpó la pequeña niña haciendo puchero.

¿Quién podría enojara con Emma? En definitiva, Lys no.

─Y tú también estas muy hermosa, ¿verdad, Shin?

El nombrado tragó en seco mirando fijamente a la pelimorada con rojo en sus mejillas. Llevaba un lindo vestido de corte V color vino atersiopelado que se ajustaba a su cuerpo como guante, los altos tacones negros que lo acompañaban tenían unas tiras que se envolvían en sus piernas subiendo hasta más abajo de su rodilla. Su cabello estaba atado en una perfecta coleta alta.

─Muy... Sí... ─no sabía ni cómo responder. Se veía perfecta a sus ojos, más que perfecta.

La pelimorada lo miró, un pequeño tono rosado en su rostro. La molestia abandonó por completo observándolo como los viejos tiempos donde se sonrojaba a más no poder con solo verla. No había dejado de sentir lo que sentía por él, pero tampoco quería romper la promesa que se hizo a sí misma.

─Gracias, Sano-senpai.

Un movimiento simple que logró volver a abrir la herida en el corazón de Shinichiro. Ella apartó su miró a Emma nuevamente pasando sus dedos por el cabello rubio para intentar volver a poner sus mechones rebeldes en su lugar.

─¿A dónde irán? ─preguntó Wakasa.

─Una cena ─respondió cortante.

Ella no había ido a la cena el día en el que se reencontraron tras el incidente navideño. Desde el principio les había dicho que seguía molesta, pero antes de irse les había dejado fuerte y claro que aún no podía perdonarlos por lo ocurrido. Cada vez rompía más el pobre corazón de Shinichiro, al mismo tiempo rompiendo el suyo propio también.

Las miradas cayeron en Seiju, que suspiró rendido entendiendo con claridad lo que querían decir los otros tres.

─Se ven muy bonitas, Lys, ¿tú le compraste el vestido? ─le comentó llamando su atención. Le regaló una sonrisa asintiendo, Emma también sonrió observándose a sí misma.

─Sí, ella quería un vestido rojo como de princesa, sus palabras ─ignoró por completo la presencia de los otros.

─Bueno, ¿necesitan que las lleve a algún lugar? Traje mi auto, creo que caminar con esas armas mortales es un infierno ─señaló los tacones haciéndola reír y negar.

─No, está bien, vivo junto a ésta casa, aunque no sé si Zai lo necesitará.

─¿La cena es en tu casa? ─preguntó confundido ─. Pero estan muy arregladas, ¿y por qué llevas a Emma-chan?

─La familia de Lys-nee tiene mucho dinero ─comentó la pequeña ─. Hacen una fiesta así de linda todos los años, la mamá de Lys-nee me dijo que era para presentar a las señoritas a la sociedad.

¿Les había respondido? Sí. ¿Habían entendido? No.

─¿Presentar señoritas a la sociedad?

─Es una tradición ─la pelimorada comentó ─. Vienen muchas familias adineradas con sus hijos, conversamos y cenamos, éste año Zai y yo somos las anfitrionas por ser las mayores de la familia. Mamá me dijo que invitara a Emma porque vendrían unas primas de su edad, así podrían divertirse.

─Aún no entiendo, ¿para qué? 

─¿No es obvio? ─lo miró unos segundos, luego bajando su mirada ─. Para conseguirnos un esposo rico y presentarnos como parte del menú.

Oh, eso no le gustaba a Shinichiro, mucho menos a Wakasa. A ninguno ahí le agradaba esa idea, si eran honestos.

─Si me disculpan, debemos irnos antes de que lleguen nuestros invitados ─le sonrió a Seiju sin atreverse a mirar a Shinichiro y siguió de largo llevando de la mano a Emma.


umbrella➨ wakasa i.Onde histórias criam vida. Descubra agora