Capítulo 18: Recuerdos de la Infancia y Nuevas Memorias

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Narra Fabian:

Las vacaciones de semestre acabaron, ahora tendríamos que volver nuevamente a las clases. Pero tengo que ver el lado positivo, voy a poder ver a Erick todos los días, durante las vacacione solo nos vimos un par de veces, ya que me inscribí a un curso de natación para mejorar mi rendimiento físico, y la verdad, dieron resultados. Ahora tenía más musculatura en las piernas y en el abdomen, y como aparte hice algo de pesas, se me habían formado unos pequeños bíceps.

Me puse el uniforme que ahora me quedaba un poco ceñido, baje a desayunar y para sorpresa mía, Erick estaba sentado en la mesa de comedor con mi hermana y mi mamá. Mi reacción fue totalmente única, salí corriendo hacia la puerta de la casa pero un grito de mi madre me detuvo. –“FABIAN ALEJANDRO GARCÍA CRUZ”. –Odiaba cuando me llamaba por mi nombre completo. –Que modales son estos, discúlpalo Erick, ya sabes cómo puede llegar a ser. –No se preocupe señora García, conozco muy bien a mi pequeño. –Dime Judith por favor.

Era un momento muy incomodo. Los tres estábamos juntos, bueno ya habíamos cenado juntos unas cuantas veces pero eso no me quitaba los nervios. –Bueno, vamos que se nos hace tarde. –me levante, agradecí por mi comida y tome a Erick de la mano y lo lleve a la puerta casi a rastras. –Muchas gracias Judith, nos venos Jen! –y salimos de casa. Apenas cerré la puerta, lo tome del cuello y junte nuestros labios, nos dejamos llevar en un beso apasionado que parecía que no nos hubiésemos visto en mil años. Nos separamos para coger aire. –No sabes las ganas que tenía de tenerte entre mis brazos. –Bajo sus manos a mi cintura. –Y tú no sabes las ganas que tengo de quitarte esa camisa. –Eso se puede arreglar. –me guiño un ojos y se aproximo a besarme, pero corrí y me metí rápidamente en su auto. Lo había dejado parado con los labios erguidos. Reí por lo bajo y este hizo un puchero. Arranco el auto y nos fuimos al colegio.

Al cabo de 10 minutos llegamos al instituto, nos encaminamos al salón tomados de la mano, nos fuimos a nuestros asientos pero antes de poder sentarme note como alguien me llamaba tocándome dos veces con el dedo en el hombro. –Hola Príncipe. –la sonrisa del chico de los ojos verdes me llamo la atención. Era Bruno. –Bruno, hola! Ah pasado mucho tiempo. –de un impulso lo abrace y este me correspondió. Sentía la mirada maligna de Erick clavada en mi, era más que claro, estaba celoso. –Pues la verdad es que si, ah pasado mucho. Pero me alegra habernos reencontrado. Y saber que tengo un amigo en mi nuevo instituto. –vaya, al parecer iba a tener otro amigo en el colegio. –Te han transferido? Vaya. Yo también me alegro mucho.  –Este sonrió y se percato de mi acompañante, que echaba fuego por los ojos. –Hola Erick, también es bueno verte aquí. –de la nada, tomo a Erick de los cachetes y le planto un beso. Erick se separo rápidamente mientras yo seguía sin entender lo que había sucedido. –Que cojones haces! –el enfado de Erick era muy notorio, pero Bruno solo se reía como si se traba de chiste. –Pues, no sé, fue un impulso.  –yo tome a Erick entre mis brazos y lo tranquilice. –tranquilo. –este se dio la vuelta y me dio un beso fugaz. Note como Bruno rechino los dientes –Bueno, nos vemos al rato.  –el de ojos verdes salió por la puerta del salón y me quede con Erick.

-Porque no me dijiste que lo conocías? –el tono de Erick demostraba que estaba muy molesto. –Erick, relájate. Recién me vengo a enterar que volvió a la ciudad. Cuando éramos pequeños jugábamos  en el parque que está cerca de mi casa, Bruno era mi vecino, mi mejor amigo, pasábamos mucho tiempo juntos. Pero un día los padres decidieron mudarse a otra ciudad y no supe nada de él desde entonces. –mi mirada se torno triste al recordar cuando se fue, creo que fue gracias a Bruno que me di cuenta que me gustaban los chicos.

-Lo quieres mucho verdad? –Erick me miro a los ojos decaído. –Sí, pero no cómo crees. No me gusta cuando piensas que te voy a dejar por alguien más. Deberías entender que te amo, y eres la única persona que quiero en mi vida. –mis mejillas de pusieron rojas y agache la cabeza. Este se acerco a mí y me brazo dulcemente. –No sabes lo feliz que me haces. –me susurro al oído para después tomar mis labios. –pero sigo molesto con el porqué te beso. –me separe de el, y rechine los dientes al recordar ese momento. –Te ves muy dulce cuando estas celoso. –bufo. –aparte. –se acerco a mi oído. –a él no le haría las cosas que te hago a ti en la cama. –la voz del de ojos grises me estremecía demasiado. Luego comenzó a besar mi cuello, me tomo muy fuerte de la cintura y me apego mucho a su cuerpo. –E-Erick, hoy no. –me separe. –tengo que ir a clase. –Erick y yo los miércoles y viernes no estábamos juntos las dos primeras horas, porque teníamos club. El estaba en natación mientras yo estaba en el club de música.

Será nuestro pequeño secreto.Where stories live. Discover now