Será nuestro pequeño secreto.

Capítulo 29: Honestidad Escarlata.

Narra Fabian:

Los pequeños rayos de sol que entraban vagamente por no ventana hicieron que me levante. Habíamos celebrado hasta el amanecer así que supuse que sería algo tarde. Gire mi cabeza y con mi mano busque el celular con mi mano. Lo tome y revise la hora. -13:45. -bueno había dormido demasiado. Pero aún tenía algo de tiempo.

Me levante perezosamente y fui al baño. Me quede viendo mi reflejo detenidamente. Cuánto habían cambiado las cosas desde que conocí a Erick. Ahora era alguien diferente, tenía más valor, confianza en mi mismo, pero lo más importante; esperanza. Nunca pensé que iba a llegar tan lejos, jamás pensé que iba a enamorarme y ser correspondido, a poder sobrellevar tantos problemas, aprender a valorarme a mi mismo. Y aunque me cueste admitirlo, cada una de las personas que eh conocido en mi vida me han enseñado algo.

Charlotte me enseño a ser valiente, a sobrellevar mis problema y ser una mejor persona de lo que ellas fue conmigo. Esteban a ser fuerte, que ah pesar de haber sufrido demasiado a costa suya, tengo que superarlos y enfrentarlos. Bruno aunque ya lo conocía, me enseño a que no me tengo que dejar llevar por lo que digan los demás, porque es mi vida, y nadie puede mandar en ella. Y Erick, bueno, el me enseño lo que es enamorarse, lo que es sufrir por amor, un corazón roto, pero sobre todo, ser amando a alguien y ser amado.

Me fui a la ducha y abrí la llave y deje que las gotas corran por mi cuerpo desnudo y me deje llevar por mis pensamientos, pero como siempre soy tan torpe se me hizo tarde y cuando vi la hora falataban 10 minutos para encontrarme con Charlotte.

Me vestí rápidamente y salí de casa a coger un taxi. Nadie sabía a donde iba, pero cuando quize sacar el papel con la dirección me acorde que lo había dejado encima del escritorio. -Carajo. -masculle entre dientes. Bueno no importaba, ya me había grabado la dirección en mi memoria.

El taxi me dejó en la bodega número 11 donde había acordado con la rubia. Tenía algo de nervios, pero no me iba a dejar llevar por ellos. Es ahora o nunca.

Entre por la puerta y me adentré un poco más, de pronto unas pisadas de tacón alto me llamaron la atención. Camino dando vuelto a mi alrededor hasta que alfín se puso frente a mí.

-Vaya vaya, has llegado tarde. -me miro sínica. -La verdad me eh demorado un poco en salir de casa. -dije molesto. La verdad solo quería acabar con esto. -Bueno, lo importante es que viniste. Y dime, como celebraste tu cumpleaños, fuiste a zorrear a un burdel para maricas? -la rubia comenzó a reír mientras la fulminaba con la mirada. -Acabemos de una vez Charlotte. -dije sin ánimo de seguir en ese lugar.

-No te apresures zorrita. Primero lo primero. Sabes porque Bruno quizo engañarte? -recordé el momento de la confesión y rechine los dientes. -Porque tu se lo pediste? -le respondí cortante. Pero esta movió un dedo indicando que no era así. -Entonces? -la mire extraño. Ahora estaba muy confundido. -Porque quería darle Celos a su hermanito. Bueno, hermanastro. -me quede mirándola incrédulo, celos?, pero porque?, no entendía nada. -Darle celos a Esteban? -pregunté sin quitarle los ojos de encima. Acaso era posible que ellos... -Así es. Bruno y Esteban tenían una relación incesta. O bueno, eso es lo que ellos creen. -me lleve las manos a la boca en señal de asombro. Pero el sonido de otras pisadas me sacaron de sí. -Es lo que creen? -dijo Bruno quien estaba saliendo de entre las sombras.

Charlotte comenzó a reír pero lo que me llamo la atención era la sangre en la camisa de Bruno, me aterre por un momento pensando que había sufrido un accidente o algo. Pero viéndolo mejor me di cuenta que el estaba en perfecto estado. Esa sangre no era suya. -Terminaste ya? -dijo la rubia con el tono más frívolo posible. Este solo desvío la mirada y asintió. -Estupendo. Ahora mi venganza esta completa. -sonrió sádicamente y en eso un nombre se ne vino a la cabeza. "Peter".