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Cuando Jiang Ke fue adoptado, sus padres adoptivos le obligaron a dejar de contactarse con el orfanato, temiendo que Jiang Ke no fuera capaz de desprenderse de ese entorno y establecer una relación estrecha con ellos, pero más tarde, cuando tuvieron su propio bebé, temieron que Jiang Ke dijera algo al orfanato.

En esos primeros años, Jiang Ke iba en secreto al orfanato para decirle a la directora que sus padres adoptivos eran buenos con él y que le querían, tranquilizándola y llevando en secreto regalos a los demás niños del orfanato. Más tarde, con la llegada del bebé, Jiang Ke no se atrevió a ir al orfanato aunque tuviera más libertad, temiendo que la directora se preocupara si se enteraba de su situación actual y, en cambio, dejó de ir. Con el tiempo, habían pasado años desde la última vez que estuvo en el orfanato.

Cuando realmente estuvo frente al orfanato, Jiang Ke tuvo una sensación de vértigo, no se atrevía a ceer que realmente había regresado, y por un momento su estado de ánimo se complicó un poco por un tiempo.

"Vamos. No te pongas nervioso conmigo a tu lado". Lin Mu aparcó el coche, salió y cogió la mano de Jiang Ke, terminó de registrarse en la oficina del portero y fue directamente a la oficina de la directora del orfanato con Jiang Ke medio en brazos.

A medida que se acercaba a la puerta, los pasos de Jiang Ke se hacían cada vez más pesados, preguntándose si la directora todavía se acordaba de él, después de todo, cada año se adoptaban tantos niños, y él no había venido en años.

El momento en que empujó la puerta, ambas miradas chocaron.

Jiang Ke lloró incontroladamente, todos sus agravios, resentimientos y penas salieron con sus lágrimas. La buena noticia es que la directora no se había olvidado de él, sino que le sostuvo en sus brazos como cuando era niño, diciéndole que era un bien chico.

Fue mucho más fácil ponerse al día después de las lágrimas. Confesando que no tenía una buena relación con sus padres adoptivos, que ahora vivía solo, y que había entrado en una buena universidad y estaba a punto de graduarse, que no se había atrevido a venir al orfanato durante tantos años porque temía que se preocupara. Tras relatar todo lo que le había pasado, Jiang Ke sintió un estallido de alivio.

"Bueno..... Madre Directora, él es Lin Mu. Y es mi.... pareja". Jiang Ke no estaba dispuesto a presentar a Lin Mu a la directora como amigo; para él, la directora era su madre, y quería su bendición.

"¡Oh! ¿Es así? ¿Entonces sabe que tu cuerpo.....?" La directora estaba claramente sorprendida, incapaz de creer que el tímido niño que una vez se había escondido en sus brazos fuera ahora capaz de volar por sí mismo.

"Lo sabe todo. Madre Directora, ¿podría.... bendecirnos?" Todo el cuerpo de Jiang Ke tembló al hacer la pregunta, temiendo escuchar una negación.

"¡Claro que sí, hijo! Eres un ángel, y definitivamente serás feliz". Al ver su inquietud, la directora tomó su mano entre las suyas, y le dio un ligero apretón para darle coraje.

"Vamos a ver a los niños, deben estar muy contentos con todos los regalos que trajiste".

Jiang Ke no sabía lo que Lin Mu le había dicho a la directora, en cualquier caso, cuando se fue, el estado de ánimo de ella había cambiado claramente para mejor, y junto con ello, su actitud hacia Lin Mu se había relajado.

"¿Qué le dijiste a la directora? Creo que está mucho más feliz". Jiang Ke se sentó en el coche y tomó la mano del hombre, besándola, reacio a soltarla.

"Nada, unas cuantas palabras". Lin Mu pellizcó las mejillas de Jiang Ke, su boca hizo un puchero y sus ojos parecían tener estrellas, lo cual era muy adorable.

"¿Qué dijiste? Quiero saberlo".

"Dije... que te amo". Lin Mu no podía dejar de mirar a Jiang Ke, con fuego en sus ojos.

Las mejillas de Jiang Ke se sonrojaron, su corazón latía violentamente, sus ojos parpadeaban. Esta apariencia tan mona sólo hace que la gente quiera amarlo más.

"Mm~ Yo también te amo". Jiang Ke le confesó a Lin Mu con la cara roja, luego sacó la cabeza por la ventanilla del coche, y no se giró por mucho que Lin Mu le engatusara.

JIANG KE (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora