Capítulo 30: Miserable

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Mis ojos se abrieron como platos y mi boca se seco de la impresión

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Mis ojos se abrieron como platos y mi boca se seco de la impresión.

Tenía un mensaje de Greg, era una liga de tumblr. Cuando lo abrí me encontré con un blog bajo el nombre «el diario de anónimo».

Había un post completo de varías páginas del diario, y por supuesto que no dejaba duda que el diario le pertenecía a Greg.

El blog había sido creado desde un anónimo, pero yo sabía bien quién era el responsable detrás.

—Alex...

Debería estar molesto, pero en su lugar me sentí triste. Estaba comenzando a desconocerlo.

Escribí a Greg por mensaje, no respondió, pero yo sabía que estaba ahí. Intenté contactarlo por videollamada, que era donde hablábamos la mayoría del tiempo fuera de las clases, y finalmente contestó haciéndome soltar un suspiro de alivio. Su cámara parecía estar apagada porque no se reflejaba en la pantalla nada más que oscuridad, pero solo estaba con las luces apagadas.

Escuchaba su sollozo silencioso.

—Greg...

Lo llamé pero no respondía ni pude verlo en ningún momento, solo lo escuchaba sufrir.

—Greg —literalmente no tenía palabras para decirle. Esto no se podía compensar con nada, si yo sentía desesperación por lo que estaba sucediendo no me imagino él —. Lo que esta sucediendo es horrible, pero no te dejaré solo, pronto pasará, tranquilo.

—¡¿Que esté tranquilo me dices?! —saltó frente a la pantalla, estaba eufórico con el rostro lleno de lágrimas—. ¿Cómo esperas que lo hagas?, ¡esto es como una pesadilla!, ¡no sabes lo que se siente!

—No lo sé, es cierto, no puedo comprenderte porque nunca he estado en una situación así. Pero, solo trata de ignorarlos.

—Oh, tu tienes que estar bromeando —me dijo molesto—. ¿Cómo se supone que los voy a ignorar Kyle?, ¡todo esto es culpa de tu maldito amigo, y tuya también por contarle a ese loco de esto!

Sabía que era mi culpa principalmente, Greg no se merecía nada de esto, y nada estaría ocurriendo si yo hubiera mantenido mi bocota cerrada.

—Tienes razón Greg, no debí haber confiado en Alex. Sé que ahora nada servirá para animarte, te juro que mañana veremos cómo resolver todo en la escuela.

—¡Bah!, ni loco iré a la escuela mañana —dijo sin mostrarme el rostro de nuevo, solo veía uno de sus brazos moverse frente a la luz de la pc mientras hablaba.

—Entiendo, es mejor —él estaba por cortar la llamada, pero yo no podía dejar de sentirme intranquilo por él— Greg... por favor, prométeme que estarás bien.

—Lo intentaré... —respondió con un tono de voz depresivo y colgó.

...

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