Capítulo 46: ¡Sorpresa!, te amo

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No era verdad, no cambié mi turno

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No era verdad, no cambié mi turno. En realidad había cambiado mi día libre. Me sentí mal por no haberme quedado con Kyle siendo que no debía ir a trabajar, pero tenía otras cosas que hacer antes de que llegara la noche. Cosas muy importantes.

Hornear un pastel.

Me puse en llamada con Leo.

—¿Qué? —me contestó él más malhumorado de lo usual—, ¿qué quieres?. Estaba durmiendo.

—¿A esta hora de la tarde?, no seas holgazán.

—Tengo depresión y hago lo que se me da la gana. Ahora dime, ¿por qué se te ocurrió molestarme?

—Necesito que me pases la receta de pastel.

—¿De qué pastel me hablas?, yo no sé hacer pasteles. Lo alucinaste, loco hijo de perra.

—No, no lo aluciné. Habló del pastel que nos comimos el otro día en tu casa.

—¿Hablas del pastel que me había dejado mi mamá por mi cumpleaños y tú y Dave se lo comieron todo?

—¡Sí ese!

—Alex, eso fue hace tres meses.

—¿De verdad?, se siente como si hubiera sido ayer. Pero bueno, ¿puedes pedirle la receta?

—Sí, pero no garantizo que me conteste rápido. A esta hora debe estar medio alcoholizada en algún brunch con sus amigas del club campestre.

—Bueno, si no lo hace tendré que buscar una receta en internet. Necesito ese pastel para hoy por la noche.

Me estrellé la mano en la frente. No debí haber dicho eso.

Sabía que en el momento que yo soltara esas palabras Leo relacionaría todo y comenzaría a hacerme burla.

—Uh... ¿le vas a ir a llevar un pastel a tu noviecito por su cumpleaños?

—¿Cómo sabes de su cumpleaños?

La intuición era suficiente explicación, pero para mi no.

—Dave me contó, la chica loca esa le pidió que investigara cuál pudiera ser un buen regalo para Kyle. Ella esta algo obsesionada con él, deberías darte prisa amigo.

Esa tipa estaba fastidiándome hasta el ultimo nervio, lo juro. Que Leo me dijera eso me hizo apretar los dientes y casi pierdo los estribos, es decir, casi me pongo a hacer un berrinche, gritar y patear todo en la cocina, por suerte pude mantener la calma, mas o menos.

—Que le diga a ella que le compre a Kyle un álbum de Britney Spears. A todo esto, ¿Por qué Dave no me contó eso a mí directamente?

—¿Por qué será? Tal vez porque la última vez que tocó ese tema casi lo mandas a volar por el techo hasta Júpiter, ¿recuerdas? Lo asustaste, por eso me pidió que yo te lo dijera. Te pones como perro rabioso cuando te encelas, Alex.

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