La vida de Sky Lerman se ha basado en tener una tragedia tras otra, algo sin fin como intentar contar todas las estrellas.
Sky nunca esperó que después de huir de casa su vida diera un giro drástico. Justo ahora no sabe cómo terminó viviendo en la...
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Haden explica el ejercicio por tercera vez con una paciencia infinita. Hoy a todos no está costando poner atención.
Jasper hace dos días que está distante con todos. No le dirige la palabra ni a Isaac que es su mejor amigo.
Algo pasó en aquel último enfrentamiento con Tyler Smith, algo que no estoy notando. ¿Estoy yo implicada? No lo sé, pero la molestia de Jasper es algo extraña. ¿Tiene algo que ver Joshua? Tampoco puedo asegurarlo, eso no explicaría su actitud con el resto de sus amigos.
El timbre suena y todo el mundo empieza a salir. Esta clase no la comparto con Jasper, sólo con Layla.
— Lerman, ¿podría quedarse por favor? —pide Haden.
Me toma por sorpresa, en las últimas semanas me he alejado bastante de él. Layla me dice que estará en la cafetería antes de irse. Una vez que el aula queda vacía Haden cierra la puerta.
— Hola —me saluda. Dejamos atrás el papel de maestro y alumna.
— ¿Pasa algo? —pregunto desde mi asiento.
— Los policías que fueron a tu casa dicen que no hay nada, él lugar está limpio. Los vecinos no vieron nada, y tampoco a Gerard —dice con pesar.
¿Se adelantaron? ¿Cómo? Limpiar los rastros de drogas de mi casa es una tarea difícil, ese lugar era una inmundicia.
Pero más me alarma que no digan nada en contra de Gerard. La mitad ellos saben lo que hace, y alguien debió de ver algo. Supongo que son unos cobardes, como lo eran ignorando a una niña pequeña que sufría en esa casa.
— Voy a declarar yo —digo decidida.
— Ryan se adelantó a eso, dijo que podrían iniciar un juicio contra Gerard si así lo deseas —Ahora parece mucho más mayor, está algo triste.
— ¿Ryan? —No entiendo que tendría que ver en esto.
— Es abogado, hace unos meses recibió su título —dice dejándome sorprendida. Esperaba de todo menos eso—. El verdadero punto es que se negaron, dicen que con palabras no podemos hacer. Quieren pruebas, al menos para arrestarlo.
Entonces entiendo su tristeza. No podemos hacer nada, pedimos ayuda y se burlan en nuestra cara.
— ¿Bromean? ¿Cómo voy a tener pruebas contra alguien que me tenía amenazada? ¿Como voy a hallar pruebas contra alguien que ataca desde las sombras? —quiero llorar de la impotencia—. ¡Estoy pidiendo ayuda a las leyes! Y me dicen que necesitan pruebas contra un tipo que necesito tener alejado o me hará daño, ¡¿qué diablos les pasa?!
Golpeo la mesa furiosa antes de levantarme de mi asiento. Me siento sofocada y apenas estoy aguantando las ganas de llorar. Haden se pone de pie también, rodea su escritorio poniéndose en mi camino.
