Capitulo 22 Primer amor

60 20 87
                                    

                         Alexander.

Todo está pasando muy rápido y aún pienso en vaya año de mierda. Aunque no tenía diferencia de los anteriores seguía siendo mi maldición, pero ahora que lo pienso si tiene diferencia. Ahora tengo a Lili y aunque Vero no es muy cercana a mi, sigue siendo la mejor amiga de mi pareja.

—Alex, hablé con mis abuelos y ellos estaban realmente preocupados por lo que pasó. Les dije que no tenía nada que ver contigo, aún así ellos me dijeron que confían en ti.

—Lo se, se que pueden estar preocupados. Dragnil los mando a vigilar solo por prevención.

Ella y yo nos abrazamos, la cargue y en ningún momento se separó de mi.

Entendía como se sentía mi hermano, esa frustración de no poder proteger lo que amas es muy doloroso. Los dos al llegar a nuestro país debemos entrenar, apenas estoy recuperando a mi familia y no voy a permitir que me la arrebaten otra vez de una forma tan cruel.

Algo escucho Erick pero no sé que es, no creo prudente el interrogarlo ahora.

—No moriré…—me sorprendió, sabe cuál es mi mayor miedo—. Te lo dije antes y te lo diré ahora, yo no moriré. Estaré a tu lado siempre—depósito un tierno beso en mis labios.

—Dragnil me dijo que tú tenías miedo.

—Y lo tengo, pero no por eso me alejaré de ti.

—Es normal que tengas miedo a morir.

—No es eso.

—¿Entonces que es?

—Le temo a dejarte solo, que te vuelvas a sentir de la mía manera que antes. Tengo miedo de que me olvides, aunque eso sería lo mejor para ti—no permití que dijera una palabra más, hice que nuestros labios se unieran otra vez, la lleve hasta la cama, colocándola de forma lenta y suave. En ningún momento nos separamos.

Para nosotros ese tipo de cosas se nos estaban haciendo costumbre. La primera vez que la bese sentí lo que tantos poetas escribían en sus obras literarias, aquel sentimiento de excitación juntando con una gran tranquilidad es algo que solo ella puede provocar. Sus labios eran mi cocaína cada que se juntaba con los míos y acá mi corazón se aceleraba a tal grado que ya no podía escuchar sus latidos… por más extraño que suene.

Ahora que lo pienso detenidamente hace tiempo que era mi droga. Al momento de separarnos también con calma sus mejillas están rojas y su respiración es agitada. Noto como sus pupilas se dilatan cuando me mira.

A pesar de eso puedo ver algo de miedo he inquietud, procedo abrazarla contra mi pecho intentando tranquilizarla un poco. Seguimos así hasta que su voz logró sacarme de mis pensamientos.

—Lamento arruinar el momento con mis miedo—sonaba algo triste como si ella hubiera hecho algo mal.

—Deja de disculparte por algo así, no tengo problemas con esto, la que importa eres tú—trate de sonar lo más neutro posible—. Ahora eres mi pareja y es mi deber el estar pendiente de como te hacen sentir ciertas cosas. Sobre todo lo sexual.

—Gracias. Todo esto que está pasando…

—Te entiendo, no te preocupes, se que es demasiado para ti.

—Quiero ser más fuerte, así no seré una carga para ti—dijo inquieta—, me gustaría ser útil en algo.

—Créeme que para mí tu ya eres muy fuerte, no cualquiera aguanta algo así. Incluso pienso que eres más fuerte que yo.

—No es verdad—hace puchero.  Plante un cálido beso en su frente haciendo que ella me responda de la misma forma.

—Claro que si, tus acciones lo demuestran. Eres muy fuerte Lili.

Nuestra Maldición Where stories live. Discover now