Jugando al escondite-Parte 2

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Subo a la planta cuatro, la planta de la luz rosa. Esta planta es peculiar, solo hay disponible dos habitaciones, la 406 y la 409. Mi número favorito es el 9 asi que decido meterme en la 409. Abro la puerta y, para mi sorpresa, todo está oscuro, solo una pequeña luz tenue ilumina un cartelito con una benda, unas esposas para las manos y otras muy raras para los pies, pero no hay ni cama. De repente una voz me dice que me ponga las esposas de los pies y las manos de forma que me quede enganchada a la espaldera de la pared. Después, la chica me coloca la benda y ya si que no puedo ver nada, estoy de pie, desnuda y atada, totalmente vulnerable.
La chica no habla, simplemente pasa una pluma por todo mi cuerpo, provocándome cosquillas pero también despertando mi placer. Comienza a besarme, baja a mi cuello y poco a poco baja hasta mis pechos, donde se para y empieza a jugar con mis pezones. Empiezo a gemir de placer.
Yo: no pares...sigue...bajando...
La chica para, me pone un dedo en mi boca para que no hable y sigue lamiendo y pellizcando mis pezones. Luego, al ver que no aguantaba más la tortura, baja su mano a mi vagina y se da cuenta de lo mojada que está. La acaricia de arriba a abajo, toda entera por dentro y por fuera, suavemente. Gimo, gimo sin parar. Me penetra con dos de sus dedos y los empieza a sacar y meter, primero de forma suave y poco a poco aumenta la velocidad.
Yo: ¡dios! ¡sisisisi! ¡ah! ¡más!
De pronto me besa un pezon y con su otra mano empieza a frotar mi clítoris con velocidad mientras sigue penetrandome con la otra.
Yo: mmmmm...sssiii...ssiiiiiiii...aaahh
Llega a mi punto G y el chorro que suelto no lo había soltado nunca. No poder ver ni moverme ha hecho que me ponga aun más cachonda. Me ha dejado sin fuerzas para mantenerme en pie pero las esposas me impiden caer al suelo.
Me empieza a lamer y besar, de forma que yo misma trago mi propia corrida. De pronto, la maldita pulsera vuelve a vibrar.

Salgo como puedo y subo a la penúltima planta. La luz es morada. En verdad no se si tienen algo que ver las luces pero es bonito. Noto que Clarissa está subiendo asi que me meto en la 515. Aquí veo un cartel que pone "Simón dice", sinceramente la anterior chica me ha dejado medio muerta asi que no sé si aguantaré esto como sea más intenso. De pronto una señora de cuarenta y tanto años aparece desnuda por la puerta de lo que parece ser el baño.
X: hola guapa, esta noche me toca ser tu sugar mammy. Ya sabes de qué va el Simon dice, asi que tú serás mi Simon y yo hare todo lo que me pidas, cariño.
Me gusta esa idea, siempre he sentido atracción por las señoras mayores, me parece tan sexy que hayan tenido tanta experiencia. Lo primero que le pido es que me bese, sencillito. Después, la tiro a la cama y me pongo de rodillas en su cara, diciendole que me coma el coño. La mujer empieza a meter su lengua en mi vagina y yo a moverme de lado a lado para aumentar el placer. De pronto se me enciende la bombilla y le digo que pare.
Yo: Simon dice que me folles en la ducha.
Me coge como si fuera un koala y mientras nos besamos me lleva a la ducha. Allí le digo que me siga comiendo el coño, esta vez con aún más pasión. Luego, que juegue con mis pezones mientras.
Yo: asi..si...Simon dice...que...te sientes con las piernas abiertas.
Lo hace y yo entrelazo mis piernas a su cuerpo de forma que formamos una tijera perfecta. Me froto a su vagina como si no hubiese un mañana. Ambos coños chapotean, ambas gemimos de placer.
Yo:¡ aaaaag! Si...Simon dice...qu...que...te...te pongas...ahora tú...si...arriba...frótame...hazme sentir tu clítoris, hazme sentir tu vagina mojadita...
Lo hace y empieza a mover sus caderas delante y atras, primero suave y luego rápidamente. Después, bota y da pequeños saltitos en nuestras vaginas, lo cual maximiza el placer. Ambas llegamos al squirt y nuestros chorritos salen a presión en contra de nuestras vaginas. Gemimos, me estremezco.
Yo: ¡Sisisisisisiiiii! ¡Ahahahahahaaaah! ¡mmm...sigue...sigue...! ¡Ah!
Cada vez más rapido, cada vez más placer. Me corro por cuarta vez.
Yo: Simon dice....dice...que...basta...
Caemos rendidas en la ducha. Es tan sexy la señora. Recuerdo su edad y me apetece más de ella. Escucho la puerta, Clarissa está aquí pero me da igual, quiero a mi cuarentona, tetona, mi sugar mammy mojadita con mi liquido.
Yo: simón dice que te masturbes pensando en mi.
La señora se abre de piernas, dejandome ver su vagina arrugadita, mojada y rosada. ¡Dios! Se empieza a masturbar sin quitarme la mirada. Hace que yo tambien me masturbe mirándola. Se toca con tres dedos, primero círculos lentos en su clítoris, después usa el dedo del medio para tocar su vagina al completo, masajearla, disfrutarla. Vuelve a su clítoris, esta vez mas rapido, círculoscon pasión que la hacen gemir. Veo de reojo a Clarissa en la puerta mirando pero mi cuerpo se centra en mi señora, la cual empieza a darse golpecitos al clítoris. Vuelve a expulsar líquido a presión, líquido que yo trago, pues decido empezar a comerle el coño mientras me moja. Luego soy yo la que la toca y la besa. Nos volvemos a correr.
La pulsera vibra.

CULPABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora