cupcakes con mi vecina

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Hoy es sábado y mis hijas están con su padre este fin de semana. Soy una madre soltera de cuarenta y cinco años que está haciendo cupcakes para la clase de sus hijas.
De repente llaman al timbre. Es Silvia, mi vecina de en frente y amiga desde que nos mudamos aquí.
Silvia: Hola cariño, ¿qué haces?
Yo: pues aquí, cocinando para la clase de mi hija, ya sabes la feria esa de cada año.
Silvia: odio esa feria. ¿Te ayudo?
Nos ponemos las dos a cocinarentre risas y vino.
Silvia: Oye, ¿no hace mucho calor aquí?
Dicho esto se quita la chaqueta y se queda con una camisetilla de tirantes blanca. Se pone a beber vino y se le cae un poco. Al ser la camiseta blanca, una vez se moja se transparenta, dejando a la luz que no lleva sujetador.
Silvia: ¿te gustan mis pechos o qué?
Yo: ¿qué? no, perdón es que te has manchado.
Coge la cuchara con la que está montando la crema de los cupcakes, pasa su dedo por ella y lo lame.
¿Qué me está pasando? ¿Por qué me está poniendo tan cachonda esta situación?
Silvia se da cuenta y sonríe. Vuelve a coger crema de los pasteles y me la pone en la mejilla.
Yo: ¿pero?
Silvia: ahora estás tú manchada.
Se acerca a mi y me lame la mejilla para quitarme la crema. Luego, se pone ella en la zona de sus escote.
Silvia: ups! vamos, quítamela.
La miro sin entender nada. Ella me mira incitandome y me pone cada vez más asi que me acerco y le lamo el pecho.
Silvia: sabes, hace tiempo que me pregunto cómo alguien como tú puede estar soltera con lo guapa y sexy que eres.
Sonrío.
Yo: eso es porque ningún hombre está a mi alcance, cariño.
Silvia: pues prueba con una mujer.
Yo: no, no, no podría nunca.
Silvia: nunca digas nunca hasta que lo pruebes.
Yo: ya bueno...
Silvia: ¿quieres probar?
Yo: ¿qué?
Me besa. Me quedo en shock pero aun así le sigo el juego. Me besa de forma tranquila pero sensual, aunque, una vez ambas nos hacemsos con la otra, vamos unentando el ritmo.
Me sube a la encimera. Aparta los cupcakes y me abre de piernas.
Silvia: ¿quieres probar?
Yo: probemos...
Sonríe y me besa. Luego va pasando su mano por mi muslo derecho y se va acercando a mi zona íntima. La roza por encima de mi tanga, el cual está mojado de lo cachonda que estaba ya desde hace rato.
Silvia: parece que querias probarlo de verdad...
Yo:  y tanto...
Me quita el tanga y acaricia mi zona íntima lentamente. Yo del placer me echo para atrás y me acabo tumbando. Mis piernas cuelgan de la encimera mientras mi coñito chorrea de placer. Mis gemidos comienzan a ser sonoros y Silvia comienza a aumentar la intensidad. Después, me abre rodavía más de piernas y mete su boca en mi. Puedo notar su lengua jugar con mi clítoris y dos de sus dedos penetrarme poco a poco hasta llegar a mi punto G.
Yo: dioss silviaa...me encantas...aaah...siii...
Una vez me corro me mete sus dedos mojados con mi líquido en la boca.
Silvia: así de bien sabes...
Sonrío y la beso. Me bajo de la encimera y la tumbo en la mesa. Cojo la crema de los pasteles y le hago un recorrido de crema en su pecho hasta la zona íntima. Lo lamo entero y ella gime. Después, le beso y le penetro dos de mis dedos. Tiene tan húmedo el coño que entran sin problema. Meto, saco, meto, saco. Rápido, con placer. Ella gime y se estremece sin parar. Cuando siento que va a llegar al orgasmo paro en seco.
Silvia: dios...no me dejes así...por favoor...aaah...sigue sigue y no pares...
Noto que baja su mano para masturbarse mientras me suplica. Se la aparto, la pongo en cuatro y le azoto con la espatula.
Silvia: aaah....ah...aaah...sii...
Mientras la azoto le rozo sus labios vaginales, provocandole más y más placer.  Al final, la dejo en cuatro y yo me tumbo debajo de ella para comerle el coño tan bonito y sabroso que tiene.
Yo: dios silvia...estas tan mojada...aaah...
Acabamos haciendo un 69 y ambas chorreamos encima del cuerpo de la otra. Trago su líquido y ella el mio.
Nos quedamos perplejas ante tal ducha de placer pero queremos más. Se pone encima mío en forma de tijera. Nuestras caderas y coñitos se convierten en uno. Chapoteo. Chapoteo de ambas  y gemidos por todos lados.
Yo: ahahahaahaaahh...dios dios dioooos...siii.siii...siii...no pares...sigue sigue sigue...aaaaahhh.....
Silvia: dios dios dios....aaaah...me corro...me corrooo...me corrooo siiiiii.....aaaaah...diooos....me...me...co...corrooo...
Efectivamente, se corre y yo con ella. Caemos rendidas en la mesa. Nuestras respiraciones agitadas es lo único que se oye.
Yo: no quiero volver con ningún hombre...dios...

CULPABLEWhere stories live. Discover now