Top Five de mis mascotas más amadas en mi adolescencia.

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1. Monster. Mi perro chihuahuense. Awww lo amaba. Era tan cariñoso y adorable, y siempre tataba de defenderme. Y luego, en la noche, se escapaba de la casa y regresaba hasta la mañana :3 lástima que los vecinos se lo robaron un día. Desde que Monster se fue no he tenido mascotas.

2. Bonifácio. Mi único conejo. ¡Era tan hermoso! Le encantaba comerse el anís que mi papá plantaba en el jardín, y luego se iba a la casa de un perro gigante que teníamos. Se hicieron súper buenos amigos. Pero un día mordió a mi padre y él lo llevó a la veterinaria a intercambiarlo por un hámster. Mi pobre Boni se tuvo que ir. Sinceramente, no me importaba tanto que hubiera mordido a mi papá; él le quemaba los bigotes con el cigarro y una vez lo encontré con los dientes quebrados. Mi padre se lo merecía por maltratar un animal, y Boni sólo se defendía.

3. Pelusa. Mi hámster de 24 horas. Sí, 24 horas. Lo había conseguido a cambio de mi conejo, pero como era tan pequeño y recién nacido no soportó el calor y murió. Lo lloré por una semana, y le sepulté al lado del jardín de anís D':

4. Timón. Mi otro perro chihuahuense. Hace mucho tiempo. Era un perro tan lindo, mi primer perro :3

5. Tigre. Otro perro. Este perro era de pelea. De esos perros gigantes, feos y que asustan. Sin embargo, ¡era tan leal a nosotros! Y se llevaba tan genial con Bonifácio. Fue un buen soldado. Murió hace un año de un paro cardiaco ya que estaba muy anciano.

Diario de una Adolescente.Where stories live. Discover now