Lunes 4 de Mayo, 2015.

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Este apartado es de ayer, ya que se me olvidó publicarlo.

Querido diario:

Ya que hoy no fue un día muy interesante (sobre todo porque Cindy se enfermó y sólo quedé yo y Maria, además de que Daniel no fue a clase), daré mi resumen de mi fin de semana:

El viernes salí a las doce de la tarde de la escuela, así que me fui con una amiga (Sam) a una pizzería llamada Pizza Plus y comí palitos de queso, que aunque suenen interesantes sólo son rollitos de masa para pizza con relleno de queso y especias. Así que después de estar en Pizza Plus, Sam llamó a su mamá y fuimos a Starbucks.

Okay, lo admito, también voy a Starbucks, aunque la mayoría del tiempo voy al café de la esquina. O sea, no tiene diferencia, excepto que es más costoso y tiene nombres más interesantes. Whatsoever.

Eso fue todo lo interesante que hice el viernes. Llegué a casa a las cuatro de la tarde y me tiré en la cama a hacer tarea.

Sábado (Sí, el mismo sábado que les conté que tenía problemas en casa, antes de salir escribí esa entrada)

A las doce de la mañana tomé mis llaves del auto (nótese que sólo dije "mis llaves" pero no "mi auto" porque no es mío, pero ya tengo mi propio juego de llaves) y salí de la casa, conduciendo súper diva, y luego fui a la librería e imprimí algunos trabajos, además de que agarré algunos libros.

Luego fui a el cajero automático a sacar dinero porque andaba súper pobre con cuatro dólares en la bolsa (que son como cincuenta pesos mexicanos, pero no tengo idea cuánto sea en otro tipo de moneda). Y luego fui a McDonals y compre una malteada de Oreo (¿ves? No sólo voy a Starbucks), y vi a dos tipos que estaba guapos y estaban haciendo fila para comprar.

O sea, guapos, no lindos. Porque ya se veían grandes, no del tipo de chico que ves en la High School, pero el tipo que ves en una universidad, y creeme, yo sé de tipos universitarios *recuerda el gimnasio de la Universidad de Arizona lleno de tipos musculosos y cómo el lindo chico rubio le abrió la puerta*. Y yo quería que el tipo blanco me volteara a ver, pero yo estaba detrás de él, así que para cuando se volteó, su amigo ya me estaba echando el ojo. Y su amigo era guapo, también. O sea, era afroamericano —yo no los llamo negros— pero no lucía tan afro, era como una mezcla entre un color latino, pero con músculos y altura de afro, lo que creo que es genial. El tipo era como el tipo de Criminal Minds —Dereck Morgan— sólo que más joven y más guapo.

Okay, regresemos.

Y bueno, no pude hablar con ellos porque me llamaron en la siguiente caja, así que pedí mi maltadea, me la dieron y salí como diva. Cabe destacar que llevaba mi hermoso vestido súper vintage que me queda súper lindo y a la vez súper corto, además de mocasines, lentes y mi bolso Dolce & Gabanna. ¿Qué quieres que diga? Soy una diva cuando salgo por mi cuenta.

(Para aligerar el ambiente, he de confesar que el bolso lo encontré en una venta de garage, al igual que el vestido. Porque c'mon, amo ir a ventas de usados y encontrar cosas tan lindas)

Y fui a Walmart a comprar mascara, brillo labial y un nuevo color de esmalte de uñas, porque, lo diré, quería gastar dinero. Y después de eso me fui a comer mi malteada alrededor, sólo manejando con menos de la mitad del tanque de gasolina (¡porque no le iba a poner gasolina al carro que casi nunca uso por mi cuenta! Además de que mis padres sólo sabían que iba a ir a la librería, ellos no me confían tanto como para dejarme tontear con el auto)

Y decidí ir con una amiga que vive a las afueras del pueblo, pero al final se me olvidó como llegar a su casa y conduje por las calles que llevan a los campos. Y bueno, jugué carreras por mi cuenta, pisándole todo el acelerador al pobre auto y con la malteada en mi mano y Scorpions cantando Hurracane.

Fue un sábado interesante. Cuando llegué a la casa mi papá ya estaba sentado en el sofá de la casa, con su mala cara. ¿Mi importó? Hell, no. Sólo le dije que había ido a la librería cuando me preguntó dónde estaba. O sea, no mentí, fui a la librería.

Simplemente no dije la verdad completa.

Domingo:

No hice nada más que leer y conversar con mi mamá sobre posesiones espirituales y exorcismos.

Oh, sí. ¿Les he dicho que mi madre y yo nos llevamos bien porque nos encanta el ocultismo? No, no somos brujas (aunque sé leer la mano, jaja). Por si alguien se está preguntando esto, ocultismo es todo lo relacionado a las ciencias ocultas, lo que la religión no te dice pero que sin embargo, las pruebas están frente a tus ojos.

¿Ejemplos? Ángeles y sus orígenes, demonios y sus orígenes, el origen del Paraíso, Apocalipsis y un montón de cosas más que nunca terminaría de explicar si escribo y escribo.

¿Ves? Como justo ahora mi madre me acaba de interrumpir para decirme que quizás el diablo tuvo un hijo. Somos raras.

Okay, eso sería todo.

¡Oh! Y finalmente terminé los ensayos que tenia que hacer. Ahora sólo me falta juntar todos los documentos y madarlos. ¡Soy semi-libre! Yeiii.

Con cariño, la extravagante diva/chica que no dice la verdad completa a sus padres,

—Gi.

Pd. Extrañe a Danielsonrisamatadora.

Diario de una Adolescente.Where stories live. Discover now