Yuichiro Ichinose

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Yuichiro Ichinose

Desperté repentinamente al caer al suelo tras un almohadazo de Guren en la cara. La fuerza con la que lo lanzó me hizo aterrizar bruscamente.

—Vas a llegar tarde, mocoso.

Maldije para mis adentros mientras permanecía cinco minutos en el suelo, reflexionando sobre mi vida y lo que acababa de suceder.

Me puse el uniforme de mi nuevo colegio. Ahora soy un chico de preparatoria, listo para vivir aventuras adolescentes. O tal vez no; mi vida siempre ha sido aburrida. Lo más interesante que me ha pasado es encontrar una papa con forma de Ditto. Me miré en el espejo durante unos minutos, contemplando mi nuevo uniforme gris con detalles negros y verdes, y mis zapatos negros. No estaba mal.

Al bajar, mis fosas nasales captaron el delicioso olor de los waffles.

—Buenos días, Yuu —dijo Shinya con una sonrisa.

—Buenos días, papá —le sonreí de vuelta.

Vi a Guren sentado a la mesa, comiendo waffles y sonriendo cínicamente.

—Buenos días, papá Guren —dije entre dientes.

Él asintió con la cabeza y siguió comiendo. Yo procedí a hacer lo mismo.

Sí, tengo dos padres. La mayoría del tiempo es genial, excepto cuando tengo que llamarlos. Por eso opté por decirles "papá" o "padre" junto con su nombre. Una vez intenté llamar a Shinya "papi" y a Guren "padre", pero Guren se burló de Shinya por ese apodo "ridículo".

Tras terminar mi comida, me despedí de mis padres y me dirigí a la escuela. Aún quedaba tiempo ya que me despertaron temprano, aunque de una manera muy salvaje.

El día anterior había visto Glitter Force y deseaba que me ocurriera algo mágico como a la protagonista en su primer día de clases. Tal vez debería dejar de ver y leer cosas de fantasía; Guren dice que me llenan la cabeza de tonterías. Incluso una vez intenté volar porque decía ser un hada, y terminé en el hospital con un yeso en la mano izquierda.

En lugar de un libro o artefacto mágico cayendo en mi rostro, fui empujado bruscamente al suelo por Shinoa, mi mejor amiga desde la infancia.

—Hola, cara de cola —saludó.

—¿Qué son esas manías, uva loca? —me quejé.

—Y qué bueno que lo grabé. Debiste ver tu rostro —dijo Mitsuba mientras se reía.

—Eso es maltrato hacia mi persona.

—Maltrato animal, diría yo —dijo Kimizuki.

Su comentario hizo que todos rieran, excepto yo. ¡Yo soy la víctima aquí!

Después de las bromas, continuamos nuestro camino hacia la escuela. Al parecer, no soy el único nervioso y emocionado por esta nueva etapa. Era emocionante y al mismo tiempo, daba miedo.

Conocí a Shinoa desde pequeños, cuando sin querer derrumbé su castillo de arena y ella me dio una patada en la pierna. A pesar de eso, nos hicimos amigos. A Mitsuna, Kimizuki y Yoichi los conocí en la secundaria. Desde entonces, somos inseparables y, de vez en cuando, nos metemos en problemas. Pero nada fuera de lo común en la vida de un adolescente.

Dimensiones || MikaYuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora